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Acción Social Esta tendió con increíble audacia a crear la imagen del hom­ bre nuevo. Lo fue consiguiendo en sucesivas oleadas, según la preparación de los pueblos europeos. No es éste lugar para describir los intentos revolucionarios peninsulares ni los con­ siguientes zarpazos sobre los institutos religiosos. La forma más conocida fue la desamortización e incautación de bienes: con Bonaparte, en el trienio constitucional y con la definiti­ va de 1835. Resultaría mucho más provechoso y seductor co­ nocer la postura de los capuchinos en ios diversos momentos socio-políticos peninsulares; tema inédito y por explorar, pe­ ro visceral, ya que toca un aspecto vivo de la institución. En las tres ocasiones citadas y en unas regiones con más rigor que en otras, sufrieron el espolio de sus pobres bienes. Pero eso fue lo externo y visible. Más importante fue la pérdida de la paz doméstica, al situarse los religiosos en tendencias opues­ tas. Las historias de las provincias tienen que investigar a fon­ do este problema, sin detenerse en la epidermis de la desa­ mortización. 921. Desde nuestro modesto ensayo, distinguimos dos cuestiones bien distintas: el destino de ios inmuebles y el de ios religiosos. Los conventos capuchinos no ofrecían muchas posibilidades ni provocaron amarillas codicias; no pocos fue­ ron convertidos en edificios públicos, como escuelas, cárce­ les, residencias benéficas e incluso en habitación de gente hu­ milde. Los religiosos, no obstante la existencia de cierta co­ bertura jerárquica sobre los mismos a base del comisario ge­ neral y de las provincias, iniciaron un éxodo multiforme, si­ guiendo caminos dolorosos y sin final conocido. Muchos se integraron en las diócesis bajo la autoridad de los obispos y en ministerios asequibles. Muchos se exiliaron, vagaron por Eu­ ropa y posteriormente fueron reunidos para encarminarlos a tierras de misión en oriente y sobre todo en América. 922. ¿Qué acción social realizaron estos hombres arran­ cados de sus conventos y lanzados a la rosa de los vientos? La investigación es tan limitada que no podemos llegar a vi­ siones generales. Es verdad que se ha trabajado en torno a la 447

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