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GUMERSINDO DE ESTELLA, Historia... delP. Esteban de Adoáin, o.c., pág. 365. JUAN Bta. DE ARDALES, La Divina Pastora y el Bto. Diego J. de Cádiz. Estudio histórico. I (1703-1900), Sevilla, 1949. (efr. bibliografía completa en págs. 853-868). MARTIN CAMPOS, La Divina Pastora y el voto de laAsunción , Sevilla, 1908. MATEO DE ANGUIANO, Disciplina religiosa... o.c., pág. 131. PEDRO DE ALIAGA, Modo de bien obrar..., Zaragoza, 1684, págs. 39-60; 103 s. PELAYO DE ZAMAYON, La muerte y laAsunción de la SS. Virgen en la literatura teológico-homilética de la provincia capuchina de Castilla, en Verdad y Vida 6 (1948) 285-304. SEBASTIAN DE UBRIQUE, Vida del Bto. Diego... o.c., II, págs. 228 s. Vida Religiosa y Espiritualidad 2. Maestros de espiritualidad. 309. Cuando los capuchinos hicieron sentir su influjo en la vida religiosa española, iba ya en declive el siglo de oro de la mística. Con sus tratados, los capuchinos se dirigían a la espi­ ritualidad del pueblo, no a los grupos privilegiados de alta espiritualidad. Sus sermones y sermonarios estaban más cerca del pueblo que de los tratados ascéticos y místicos. Con todo, aún lograron situarse dignamente en la literatura espiritual del siglo XVII con obras de gran talla teológica, como las de Jeró­ nimo de Segorbe, Gaspar de Viana, José de Nájera, Isidoro de Léon y Pedro de Aliaga. 310. La producción espiritual de los capuchinos puede considerarse, casi exclusivamente, de índole pastoral. Siendo la predicación su principal actividad, toda ella deriva de esa predicación o bien es auxiliar de la misma. El día que, como esperamos, se haga la bibliografía completa de los capuchinos españoles, aparecerá integrada al menos en sus dos terceras partes por material de predicación, de contenido más bien as­ 183

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