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I er CEN TEN ARIO DE LA RESTAURACIÓN DE LA PRO V IN C IA CA PU CH IN A DE AN D ALU CÍA (1898-1999) importantes de la vida eclesial como es todo aquello que atañe a la marcha normal de las familias religiosas católicas. Si en Austria se habían contentado con un control minucioso de toda la vida interna de la Iglesia, llegando hasta suprimir los monasterios contemplativos por decisión directa de José II, en los países goberna­ dos por los Borbones la campaña se centró inicialmente en la Com­ pañía de Jesús, buscando en un primer momento fragmentarla en vicariatos nacionales, al objeto de eliminar su vinculación directa con Roma, para después, una vez constatada la resistencia del papa Cle­ mente XIII a estos proyectos, concentrarse en la petición de supresión de la propia Compañía, que tuvo lugar bajo su sucesor Clemente XIV, en 1773. La misma idea de los vicariatos nacionales es aplicada en España por medio de la bula Inter graviores (15 Mayo 1804), concedida por Pío VII al rey Carlos IV, a instancias de su ministro Godoy. La forma en que se llevó a cabo fue la de la alternancia: durante un sexenio el superior general debía ser español y residir en España, y durante otro sexenio debería ser extranjero y residiría en Roma. En el sexe­ nio en que el superior general 110 fuera español, se elegiría un vica­ rio general nacional para España, con las mismas facultades del superior general, y cuando el superior general fuera español, se ele­ giría otro vicario general para el resto de la Orden. Con esto se seguían también ideas de corte jansenista, galicano y regalista, que consideraban a las órdenes religiosas como el brazo más directo de intervención del papa en las Iglesias nacionales. Se pretendía con estas medidas ponerlas bajo la autoridad directa de los obispos para evitar las injerencias, excesivas para ellos, en los asuntos nacionales, por parte de la Santa Sede. Estas iniciativas, propias del absolutismo monárquico de la época, tenían puntos de contacto evidentes con las ideas ilustradas promovidas por la Revolución Francesa, que se iban filtrando entra las gentes, a través de las tertulias de intelectuales, de rumores de todo tipo y de los

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