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blioteca del convento de Capuchinos (Extramuros) de Pam- ])lona, encontramos un ejemplar de otra edición hecha en la capital navarra en la imprenta de Pedro José Ezquerro Cha- varría, impresor de los Reales Tribunales, el año 1752. Tam­ bién hay en la misma Biblioteca un ejemplar sacado a luz también en Pamplona, el uño 1785 por Antonio Castilla, im­ presor'. De estas dos últimas ediciones no hace mención el se­ ñor Latassa y creemos que es muy probable que se hayan he­ cho más ediciones de esta, por la aceptación que tuvo. La última y novísima edición de que tenemos noticia, es la llevada a cabo en Pamplona en la imprenta de nuestro con­ vento el año 1932, corregida, arr'eglada y ampliada con notas, por el P. Juan de Guernica, Capuchino residente en Chile. Este librito aunque como queda dicho, puede ser útil a per­ donas de todos los estados, pero de un modo especial está des­ tinado a los religiosos de la Orden Capuchina, como se des­ prende del título de la- obra, así como aparece en el índice de los capítulos y materias de que se trata. Y aún más que para los religiosos está escrito para los novicios capuchinos, a los cuales dedica el autor el prólogo, en el que les da atinadí­ simos consejos para hacer con provecho el noviciado y todos los ejercicios de él, tal como se enseña en este volumen. Entre otras cosas, dice el mencionado prólogo lo siguien­ te: “Sólo me resta lo que pueden estimar de mi afecto, y es ex­ hortarles con humilde encarecimiento que procuren desde luego obrar con mucha perfección y actualidad interior, lo cual importa muchísimo porque con la costumbre que en el noviciado tomaren, perseverarán regularmente hablando toda la vidai”. Adolescens juxta viarn mam ctiam cuín senucrit, non recedet ab ea (Provervios). Si adquieren la mala costumbre de obrar con tibieza y sin consideración, se les harán muy pesados los ejercicios santos, largo el tiempo de la oración, riguroso el ayuno, la mortificación intolerable, vivirán sin aprovechar en la virtud y con desconsuelo teniendo a Dios disgustado... Pero, al contrario, los que se acostumbran a obrar con interior y fervor todo se les hace muy suave, los ejercicios espirituales y la ora­ ción muy breves; en las mayores mortificaciones tienen sus — 394 —