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ESPÍRITU RELIGIOSO DE LOS PRIMEROS CAPUCHINOS La .expansión y desarrollo extraordinario de la Orden en España en tan corto espacio de tiempo, la multiplicación de conventos y el incesante aumento de vocaciones, tanto de se­ glares como de religiosos de otras órdenes, no podía recono­ cer otra causa o motivo sino el espíritu interno que animaba a los primeros capuchinos, el espíritu genuinamente seráfico que difundía sus resplandores por todas partes, juntamente con toda la secuela de las más excelentes y heroicas virtudes que le son inseparables, las cuales causaban admiración y es­ tupefacción en las gentes y las arrastraban a nuestra Religión. Este espíritu no era otro que el espíritu de penitencia, de abnegación, de humildad, de pobreza, de oración y contem­ plación. El P. Miguel de Valladolid, compelido de la Obediencia de su Provincial para anotar y escribir, muchos años después, las vidas de los capuchinos que florecieron al principio de la instauración de los nuestros en España, describe el espíritu que en general animaba a los religiosos, y en el cual habían sido iniciados por su fundador y primer superior P. Arcángel de Alarcón. Nada más elocuente que referir las mismas palabras del cronista para que el lector pueda formar un juicio exacto del espíritu de nuestros Padres en los principios de la fundación. “Con este grado de mortificación, escribe el citado Pa­ dre (1), se comenzó a caminar de Santa Madrona a Santa Eulalia, con él se prosiguió en Santa Eulalia la fundación de (1) Biografía Hispano-capuchina, pág. 491, n .° 21. — 32 —