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se embarcaron para Cacheo y pasaron el puerto de Tumbó, donde saltaron a tiei'ra y comenzaron a trabajar en su Minis­ terio. Luego les sucedió el experimentar', como todos, la con­ trariedad dlel clima, y enfermaron gravemente y por largo tiempo. Diez años estuvo en Sierra Leona nuestro P. Buenaventu­ ra, sin que sepamos noticias particulares suyas, sino lo que dice el P. Anguiano: “Desde entonces quedaron solos tres de lus nuestros que habían pasado a Guinea en el principio de la Misión, que fueron los Padres Fr'. Francisco de la Mota, Vi- ce-Prefecto, Fr. Angel de Cuarrote y Fr. Buenaventura de Ma- luenda. Estos trabajaron con suma aplicación, hasta el año 1688, en que les llegó la orden de los Prelados de esta provin­ cia de Castilla, para volverse a ella, respecto de ser tan an­ tigua y¡ tan constante contradicción de los mismos portugue­ ses, que esa no había de cesar, pues aun con la protección de su mismo Rey, no cesó.” En carta al Provincial de Castilla le decían entre otras cosas, lo siguiente: “ En la reducción de l'os gentiles se trabaja igualmente, y par'a poderles enseñar y predicar con más eficacia, hemos aprendido ya su lengua y ahora nuevamente hemos hallado entrada en el Reino llama­ do Saisi, cuyos naturales están prontos para recibir' la fe; que lo que está menos comunicado de los ¡blancos, está más sin­ cero para admitir la verdad, sin bárbaras réplicas, como es el sobredicho reino.” Y termina diciendo: “ Suplico a V. C. y a todos nuestros carísimos Padres y Hermanos, nos encomien­ den a Dios, dándoles a todos nuestras afectuosas memorias hasta que nos veamos en la gloria, que ya los días pasados estuvieron bien cerca de guiarnos a ella los gentiles; mas vo, en especial no lo merecí; sí sólo el padecer muchas injurias y empellones y arrastrarnos de las barbas. Algún fruto se saca ya etc. . . . ” Así sucedían las cosas por los años de 1686 y así corrieron hasta el 1688 en que nuestro P. Buenaventura regresó a la provincia, después de diez años de trabajos y sufrimientos. Así como había edificado a la provincia con su santa vida antes de marchar al Africa, a su vuelta la volvió a ilustrar por — 332 — \

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