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CULTURA DEL PUEBLO MOTILON 83 civilizado convivta con los motilones, vestía como ellos y practicaba sus mismas costumbres. Al parecer, sin em– bargo, no estaba muy contento, no porque no llevara "buena vida", sino porque se hallaba enfermo de "un mal habitual" ( 43), eufemismo, con el que trataba Guillén de encubrir a las autoridades el verdadero mal que aquejaba a dicho blanco y que luego nombrará con sus propias palabras, a saber, "enfermedad venérea" ( 44). Este "motilón aclimatado" trabará después mu– cha amistad con "el Intérprete", indio motilón de veras que sirvió grandemente en la causa pacificadora de 1772, orientando a Guillén y al P. Rala en su excursión por la Motilonia. En él pensaron las autoridades virrei– nales cuando se trató de organizar varios pueblos de motilones, ya pacificados, pero sus esperanzas quedaron frustradas, pues cuando se dirigía desde Maracaibo ha– cia el Zulia, por la vfo marítima, "se cayó de la em– barcación. . . y se ahogó" . Las armas que el motilón ha usado desde hace tiem– po inmemorial son el arco y la flecha; ésta sin envene– nar. Desconocen las armas defensivas; no tienen escu– dos de ninguna clase. Su mejor protección es el cono– cimiento cabal del terreno que pisan y su agilidad in– comparable. Para avisarse, en caso de asalto, usan sil– batos hechos de una fruta alargada, seca y vacía. NUMEROS, PESOS, MEDIDAS Para contar, el indio motilón se sirve de los dedos de la mano. Solo tiene nombres especiales basta cinco; para designar mayores cantidades extienden varias ve– ces los dedos. Desconocen los cálculos y operaciones aritméticas hasta los más sencillos. No tienen pesos fi– jos ni medidas longitudinales o cúbicas . (43) A.N.C. , l\lilicias y l\1arina, t . 121, f. 123. (44) A.N .C. , Conventos, t. 40, f. 795.

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