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76 P. ANTONIO DE ALCACER fanos colaterales, si son parientes prox1mos . Los demás huérfanos, que no tienen tales parientes compasivos, están expuestos a desaparecer pronto por falta de re– cursos materiales o de fuerzas para proporcionárselos. PARENTESCO Y COMUNIDAD La extensión del parentesco es unilateral; en con– creto, patrilineal. Los hijos, en efecto, pertenecen al grupo del padre, el cual a su vez quedó anteriormente integrado dentro del grupo de su padre, y así sucesiva– mente, hasta remontarse al fundador del linaje, cono– cido en ocasiones por algunos miembros del grupo . No se ha visto entre los motilones creencia alguna en un ascendiente mitológico, totémi~o. En algunos grupos, sin embargo, ha desaparecido la noción del antepasado, origen de los mismos, por lo que han venido a trans– formarse en una especie de clan, según la denominación corriente en antropología. Los grupos hoy día se de– nominan y conocen por el nombre del jefe que los pre– side. Los grupos numerosos se suelen dividir ( especial– mente cuando el bohío es incapaz de contener más m– dividuos) en nuevos lipajes. Esto se verifica sobre to– do cuando existe dentro del grupo una ±uerte perso– nalidad, capaz de iniciar una existencia independiente con algunas de las familias que conviven en el mismo bohío. Esta comunidad de vivienda y de bienes proporcio– na una fuerte uñión entre los componentes del grupo. Trae igualmente seguridad a los individuos y es un medio eficaz para obtener la defensa de intereses co– munes, especialmente en horas de peligro. Asimismo, una ofensa o daño físico a cualquiera de los componen– tes del grupo se considera como un perjuicio infligido

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