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74 P. ANTONIO DE ALCACER cería un grave peligro, por el contenido mágico que encierran sus secreciones. FAMILIA Con el matrimonio de la pareja nuclear se funda una nueva familia, que con las existentes vendrá a ser la base_ de la sociedad. Poco a poco, normalmente, van apareciendo los hijos, los cuales amplían el campo fa. miliar; es más, vienen a completar el concepto estricto de familia. Esta, en efecto, aun para las mentalidades más primitivas, es para el hijo, para que el mismo crez– ca seguro y protegido, y para que aprenda las normas culturales de la sociedad en la que le ha correspondido vivir. No otro es el sentir del motilón. En esta agru– pación familiar, humanamente perfecta, pese al pri– mitivismo, o precisamente por ello, todos los compo– nentes están armoniosamente equilibrados. La r~spon– sabilidad de los padres ante los hijos y ante la sociedad es tal, que su labor educativa queda bien delimitada y estimulada. La mujer motilona vive materialmente para sus hijos. Mientras está amamantando alguno de ellos, no se desprende del mismo; aun en las labores más ajenas a su oficio maternal carga con ~u vástago, que viene a formar una unidad con su madre. Por lo menos tal es la impresión momentánea que produce al verle prendido materialmente del pecho de su proge– nitora casi de manera permanente. El hombre no vive tan sujeto al pogar; goza de mayor libertad de moví rriientos; pero esto es, en deflllÍtiva, en beneficio de su familia. Utiliza dicha libertad de acción para conse– guir el alimento que los suyos requieren a díaiio. Al fin y al cabo, él es el responsable del hogar, si bien se advierte en la esposa más desvelo por los hijos que en el marido. ¿ Será a causa del relativo amor libre que reina entre ellos 12..or lo que en ocasiones es difícil sa– ber con certeza absoluta la paternioa.d del hijo? Pue-
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