BCCCAP000000000000000000000214
CULTURA DEL PUEBLO MOTILON 71 No existe ley alguna que prohiba al motilón con– traer matrimonio con individuos de raza distinta a la suya. Es más , desde antiguo se ha notado la tendencia entre ellos a apropiarse subrepticiamente de niñas blan– cas o mestizas, con el fin de mejorar su propia sangre. De ahí que se vean entre los motilones algunos tipos de tez clara y facciones muy similares a las del blanco. Al presente, hechas ya las paces con sus vecinos, el mo– tilón no encuentra dificultad en contraer matrimonio con los yupa, sus vecinos, o en tener relac10nes sexua– les con los blancos advenedizos . El matrimonio trae ciertas obligaciones e_ntre los familiares de los contrayentes. Muerto alguno de éstos, tales lazos generalmente no se rompen. Es más, con– viene que sigan invariables en bien de b comunidad. Ello explica en gran parte el levirato, o sea, el matrimo– nio de la mujer vmda con su cuñado, generalmente me– nor, casado o no. Con esto, además ae prolongarse los lazos preexistentes, la mujer y sus hijos no quedan de– samparados, como sería el caso el permanecer solos. Así, tanto aquélla como éstos continúan viviendo en el bohío, como fuerza latente del mismo y porvenir para todo el grupo. La edad más a propósito para contraer el matrimo– nio es la pubertad, apenas el varón y la mujer son ap– tos fisiológicamente para engendrar prole. El celiba.to voluntario es totalmente desconocido entre los motilo– nes. Las nupcias no mcluyen ritos complicados ni ce– remonias especiales. El único acto que se conoce y que se ha podido relacionar con tal acontecimiento es muy simple y hasta común para nosotros: una comida espe– cial en la cabaña de donde procede la mujer viene a se– llar el acuerdo de las dos familias que se emparentan. Luego, automáticamente, quedan desposados. La forma de arreglar los matrimonios es por mu– tuo consentimiento, tanto de los contrayentes como de
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz