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que deben de ser los 80.000 sucres mencionados en carta a José Martín Irure, como destinados a dicha fundación. "Hay que animarla y orientarla -añade-. "Vosotros (J. M. Irure, Gordillo, Armendáriz) residiríais en Nanegal... en la casa de madera". Y las dos puertorriqueñas (religiosa y seglar) que se ofrecen como auxiliares catequistas, en dos habitaciones de cemento, cabe la sacris– tía (9). En 1972 pasaba José Martín Irure a Nanegal como coadjutor; párroco de Nanegal y Nanegalito en 1973-1974 y 1977-1978. Y, aunque no lo consigne en su ficha, también estaba en la zona nor– occidental en diciembre de 1976, puesto que firma con su hermano Félix y con Vicente Echarte y Marcelino Armendáriz, según quedó referido, una proposición al viceprovincial Ramón Echegaray sobre constituirse en "comunidad de vida y de trabajo", con residencia en la casa de Gualea, en donde celebrarían sus círculos de estudio, sus eucaristías, y sus convivencias; y desde donde proyectarían su actividad pastoral a toda la zona. A que acceden Ramón y sus consejeros y les conceden la administración conjunta de los 50.000 sucres mensuales asignados por el Gobierno para la promoción cultural y social de aquel sector, si bien se les prohibe "comprometerse en otras partidas presupuestarias del Gobierno ni formar contratos para programas especiales"; y les garantizan que suplicarán al señor cardenal arzobispo que a todos cuatro nombre vicarios cooperadores para toda la zona, con plena jurisdicción parroquial en toda ella (10). Y el mismo vice– provincial, Ramón Echegaray, cursa la petición a la curia archidiocesana como para un "equipo pastoral", formado por los cuatro religiosos cuyos nombres se citan (11). Se cierra el ejercicio económico de 1977, en Gualea y su zona, con saldo favorable de 618.423 '50 sucres; que se impuso a interés en los Bancos de Pichincha, de Préstamos y de la Vivienda. A finales del año 1973 se celebró en Nanegal, cuyos habitantes han sido los más aguijados por el afán de progreso y de desarrollo, una reunión con todo el equipo parroquial y se determinó salvar entre todos al campesinado, sus familias, sus tierras y sus granjas; unirse para poder recabar créditos, importar nuevas técnicas, montar fábricas de trans– formación y conserva, eliminar intermediarios. Con asesores como José Martín, "Master in Social Work", nada extraño que el Ministro de Trabajo y Bienestar Social aprobara, por decreto de 7 de enero de 1974, las bases que se le presentaron para la fundación de la "Cooperativa de Ahorro y Crédito Noroccidental, Ltda.". Socios fundadores fueron 36, con un capital de 3.000 sucres. Hoy sobrepasan los 600 socios y su capital frisa en el millón. Ha cambiado la primitiva razón social por la de 548

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