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Se defiende el interpelado contra tan siniestras inculpaciones: los menguados ingresos habidos, los empleó en socorro y traslado de enfermos (como el leproso de Ambuquí, al que faltaban los dedos de manos y pies y tenía el un brazo descarnado); y en proporcionar medicamentos, "muy en consonancia con el n. 11 de nuestras Constitu– ciones". En todo momento se opuso a recibir los 1.600 sucres mensua– les; pero insistió y porfió su ilustrísima, que "en conciencia no pudo dejar de darle", bien convencido de que con ello no llegaba a compensar la obra apostólica de P. Jesús. Cierto que pueblo y prelado le quieren de párroco -prosigue arguyendo Amunárriz-. El síndico de Ambuquí le tiene atronados los oídos conque necesitan un buen párroco, porque el anterior les dejó una hija. "Ya no nos fiamos de nuestros sacerdotes. Esto no lo arreglan más que Vds. y el más indicado, V.". Precisamente esa parroquia de Ambuquí, tan apropiada para centro pastoral del Chota, es la que ofrece Mons. Silvia Luis Haro Alvear. El P. Amunárriz, conforme con lo resuelto en la asamblea custodia! de Quito (mayo de 1969), ha rehuído todo contrato, por reducirse el asunto a simple compromiso personal, no de la Orden, un a modo de ensayo "de lo que dicen en el n. 11 nuestras nuevas Constitu– ciones capuchinas". Y por haberse considerado a modo de experiencia "vivir pobre entre los pobres" dos o tres meses, luego de clliilplido el plazo se le ordenó reintegrarse a la comunidad de !barra, con la que dice con– fraternizar cuatro días por semana, mientras que los otros tres comparte con la comunidad del Chota (122). Pero esto ni convence a sus moradores. . . ni al cronista de !barra. El custodio Langarica tiene que desenojar a personas de pro, como Doña Esperanza de Guzmán o don Edmundo H. Vaca, y excusarse con la falta de personal. Quien no da su brazo a torcer es Salomón Chalá, director y profesor de la escuela del Chota, respaldado por dos pliegos de firmas, con las que recurre al obispo de !barra, para que no se les prive del P. Jesús: "Señor Obispo: le pedimos y le instamos que no permita se nos quite nuestro santo Padre Jesús, que siendo (sic) blanco y muy españo~, sin embargo es un negrito y auténtico choteño, porque vive y convivr! con nosotros en todo lo santo y divino. Vemos al mismo Dios en medio de nosotros" (AVEQ, 5-A). Acorde el P. Jesús con la voluntad progresista de sus feligreses, comienza por adquirir una planui eléctrica de "Misión Andina", para poder ilustrar con proyecciones sus charlas sobre la vida de Jesucristo. No debió de satisfacerle, porque el mismo año 69 .adquiere otras dos plantas eléctricas que se montaron en el pueblo de Chota: una, de 525
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