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Las diligencias de Néstor no fueron baldías, pues que, desde una fecha que no he logrado determinar, la contribución gubernativa recreció a 600.000 sucres anuales, cantidad que un día se consideró insuficiente (86). AÑOS 1970-1975.- Cierra su crónica de Nanegal el hermano Matías con el mes de febrero de 1970. El domingo de carnaval suprimió la misa de las 12 horas, porque solteros y casados recorrían las calles y hasta forzaban las puertas de las casas por el placer de lanzar cubos de agua sobre la gente. Tres anotaciones interesantes del cronista: 1) No debe omitirse la procesión del Ni.üo la noche de Navidad, a fin de que el pueblo capte su significado. 2) "No debemos comprometernos con la zona de los Bancos, por falta de personal", según criterio del visitador y ministro provincial Aurelio Laita. 3) Las ausencias frecuentes y largas, como la que él tuvo que hacer en las tres semanas de Quito, entibian las relaciones del pueblo con el sacerdote. J. Angel Múgica, destinado a la capital, siente hondo pesar al verse obligado a renunciar al campo de apostolado de Nanegal y sus recintos, en donde ha trabajado por más de tres años seguidos. Afortunadamente ha dejado tres misioneras AMF en la zona, que van realizando una meritísima labor evangelizadora, de catequesis, de salud y de higiene (87). Colaboran eficazmente con los padres en la campaña misional llevada a cabo durante la estación seca (88); y organizan, durante el mes de febrero de 1972, en Gualea, un cursillo de promoción de 25 líderes femeninas, en régimen de internado, con la colaboración del Dr. Don José María Lasso y de los padres José Martín Irure, José Antonio lzaguirre y Francisco Ostériz, encargados de dicha zona (89). Del 11 al 13 de agosto del mismo año 1972, visita pastoral del cardenal arzobispo de Quito, Mons. Pablo Muñoz Vega, que, .con sus auxiliares Mons. Juan Larrea Holguín y Mons. Juan Francisco Yánez, se hospedan en la residencia parroquial de Gualea, en donde púdieron conversar fructíferamente con los padres Francisco Ostériz y J-osé Antonio Izaguirre y con dos misioneras AMF; y de donde, por días, se fueron desplazando a diversos núcleos de población, para celebrar la liturgia, instruir al pueblo, profundamente religioso y desnudamente ignorante del evangelio; y dialogar con la gente a nivel de calle. El día 13, domingo, después de la celebración eucarística en Pacto y del almuerzo en Gualea, grandiosa concelebración vespertina en 506

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