BCCCAP000000000000000000000207

de dos cuadras, comprado por los Padres a Agustín Torres; cinco cuadras de bosque en La Palmira, donación de doña Dolores Aguirre; 40 cuadras de bosque, menos dos desmontadas, en término de "Nueva América", regalo de Pedro Pupiales (28). Vecinos de Guanupamba invaden nuestras tierras en Nueva América. Reclama el delegado de la Orden, Matías de Caranqui, al custodio Langarica las escrituras de propiedad. El teniente de Guanapumba había repartido entre la comunidad de vecinos la herencia de José Manuel Terán, salvo 40 Has. que reservó para la fraternidad de capuchinos (29). Repugna al de Egüés entrar en pleitos con la curia diocesana, por razón de derechos solariegos y ponerse a malas con los nativos. Prefiere llegar a un acuerdo amistoso con el obispo Silvia Haro, que acaba de suscitarle otro conflicto, no menos grave, con la casa aneja al convento de !barra, y que por franciscana condescendencia había venido ocupan– do el canónigo Dr. Vicente Ponce (30). El prelado ibarrense, Mons. Silvia Luis Haro Alvear, que, aun cuando presidiera más de una solemnidad litúrgica en los capuchinos, nunca había tenido con ellos un gesto de galantería trascendente, formó en Mariano Acosta una comisión presidida por el párroco, Juan Terán, con el teniente político José López Arroyo, el presidente del comité de padres de familia, la junta parroquial y el presidente del club de Oriente, bien convencido de que, en ausencia de los capuchinos, su triunfo estaba asegurado. A tenor de la declaración de los junteros (M. Acosta 27 de enero de 1959): 1) La iglesia, casa parroquial y escuela de las MM. Franciscanas habían sido levantadas por los PP. Colombianos, no españoles, con limosnas y sudores de los vecinos de Mariano Acosta. 2) Los diversos predios de la casa cural habían sido entregados, no a los padres capuchinos, sino a la iglesia de Mariano Acosta, como podían tfstificarlo los donantes (aun los difuntos). Y que si la donación se había hecho a nombre de alguno de dichos padres, se debió a que éstos se presentaron como párrocos inamovibles o tal vez por mala fe. Entre las propiedades donadas se citan 40 Has. en Nueva América, obsequio de Pedro Pupiales Tunchupa; 30 Has. del monte La Palmira, liberalidad del señor Almeida; una cuadra que permutó Antonio Farinango; y como unas dos cuadras que Juan Manuel Terán compró al indio Agustín Torres (31). 475

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz