BCCCAP000000000000000000000207
Por falta de un hermano coadjutor no ha podido contabilizar el rendimiento de las tierras. El 24 de octubre de 1954 se retiraba Nemesio de su parroquia o cuasi parroquia misional de Mariano Acosta, para hacerse cargo de la dirección del seminario seráfico. Quedan como testimonio de su paso, el buen nombre entre su disperso vecindario, la restauración de la iglesia y de la casa cural y una pista utilitaria, abierta con los mingueros y que ha servido para los futuros trazados viales. // Le sustituye el P. Matías de Caranqui (Luis Alfonso Escalante), que, al tiempo de su estancia en Mariano Acosta, recibe un pliego de felicitación firmado por el presidente del consejo provincial de Imbabura, Dr. Cruz Elías Vázquez, con motivo de su contribución al trazado y tendido de la carretera Pimampiro-Alisal (20). Se siente eufórico y suplica al custodio Egüés la continuidad de la Orden en aquella zona tan necesitada y de perspectivas tan halagüeñas. Personas hay que están prontas a entregarnos solar para levantar sobre él iglesia y casa, caso de que la curia diocesana triunfe en sus reclamaciones inmobiliarias (21). No menores empeños muestra el P. Clemente por la conservación de aquella residencia cuasi misional; "pues el Gobierno, en atención a que el suscrito (Clemente de Tulcán) se internó en Mariano Acosta, consintió nuestra permanencia en el Ecuador, siendo como la base para recobrar los conventos de !barra y de Tulcán (22). Lo paradójico del caso es que el propio Nemesio de los Arcos, " ferido otrora de punta de ausencia", porfiara en que en modo alguno debía retirarse el padre misionero de aquellas parameras: "La gente se halla desesperada por la determinación de abandonarles". Sus antiguos feligreses le han visitado suplicantes, rotos de aflicción. "Son cuatro mil almas que nos deben todo a nosotros". Y es aquél un lugar que, como Urbasa, podía servir de albergue vacacional para los estudiantes. Ya no es como antaño. La soledad es menos soledad desde que los vehículos, jeep o camioneta, llegan hasta la misma casa cural. Y recurre en su abono al dictamen de los padres Ruperto, Clemente, Rafael y Serafín de Lezáun (23). Ni por tempranas ni por tardías van a influir todas estas opiniones en el laudo definitivo. Al siguiente día de clausurada la asamblea de superiores, suplica el custodio Langarica al recién entronizado obispo de !barra, Luis Silvia Haro Alvear, que nombre un sacerdote diocesano para Mariano Acosta, porque el padre capuchino se reintegra a la vida de comunidad, de acuerdo con las consignas recibidas del último visita– dor provincial de NCA (24). 473
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz