BCCCAP000000000000000000000207
el P. Clemente de Tulcán, no era figura jurídica inserta en el Derecho - Canónico (16). Al año y medio de vivir en Mariano Acosta, suplica al provincial de NCA, Serafín de Tolosa, el envío de un hermano lego, que aminore su soledad y le ayude en la explotación de tantas hectáreas "que posee– mos" y que, bien cultivadas, bastaría para garantizar la comida a cinco custodias ecuatorianas como la actual (17). De habérsele atendido a tiempo, tal vez no se habrían disuelto aquellos derechos prediales en una liquidación ruinosa. Un año más tarde, en la misma situación de alejamiento "del mundanal ruido por 45 kilómetros de páramo", vuelve a acoquinarle la soledad. Y no parecía tanta, cuando en su entorno residían (y residen) las religiosas franciscanas, dé procedencia inmediata colombiana y de remota fundación suiza (Religiosas "Misioneras Franciscanas de María Inmaculada"), que, como directoras y maestras, tenían a su cargo la escuela fiscal de niñas; y que, por 120 sucres mensuales, le preparaban el puchero y le lavaban la ropa. Supongo que el buen recuerdo que ellas guardan de P. Nemesio y el que de ellas conserva el de los Arcos pueden significar al menos que no era la soledad tan de la tebaida. Cada viernes se desplaza a Guanupamba, a una hora de caballo, para clases de catecismo y preparación de primeras comuniones. En el camino de Mariano Acosta a !barra, a punto estuvo de ser derribado de la montura por el viento helador. Parcamente, pero se va remediando y va supliendo las deficiencias en su iglesia. Cierto que a los dos años de estancia, aún tenía que servirse de una caldera vieja a guisa de acetre; de otra de juguete, como incensario; una copa de hojalata hace de cáliz en sus correrías; por vinajeras, dos frascos de medicinas; y por cruz pano– quial, dos palos cruzados, sin desbastar. Ha dejado bien provista su morada, de ropa, vajilla y batería de cocina (18). Esta gente de Mariano Acosta fue la que en 1937 azuzó al gobierno ecuatoriano con falsas acusaciones, a fin de impedir la reinstalación de los capuchinos. Barrunta Nemesio que los va domestif:ando y que se le acercan en número creciente, con respeto, aprecio y confianza. No teme aprietos económicos, aunque tampoco hace inversiones de monta. Fuente principal de sus ingresos constituyen los estipendios de misas, que, de 860 anuales, más de 200 se privilegian como cantadas (meses de mayo y junio y las "misas del Niño" por diciembre y enero; más otras varias en honor de la Virgen o en fiestas patronales, con sus priostes). En noviembre, más de 1.000 sucres con los responsos. Por derecho de primicias, unos 3.000. Mínimos ingresos en 1951, en que no rebasaron los 7 .710'000; máximos, de 16.781 '80 el año de 1953 (19). 472
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz