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quil, no lejos de la parroquieta "Sagrada Familia" (que no perdió su nombre). Responde Sor María Javier Echeverría que no le disgustaba la propuesta; pero que tendría que esperar el regreso de su Madre General. Dos de dichas religiosas se anticipan a comunicar a J. A. Recalde que estaban prontas a hacerse cargo del colegio de niñas de la SBS, si se les permitía alojarse en el edificio de la Sagrada Familia que habían desalojado los capuchinos en 1968; y se comprometían a resolver el caso directamente con la presidenta de la sociedad de beneficencia (22). Santiago Ramírez, viceprovincial, sucesor de Langarica, se entre– vista con la presidenta de la SBS, PILAR ILLINGWORTH DE PAYEZJ:;, con la que pensó no tener éxito en su gestión, según lo comunica a la superiora de las dominicas. "En todo caso, siempre queda a su dis– posición la casita de madera, que ya conocen y la escuela de niñas Isabel Rohde" (23). La escuela de niñas "Isabel Luque" había sido fundada por Martín de Sesma (Angel Rodríguez), superior y párroco de la fraternidad "Sagrada Familia", en 12 de junio de 1968, sobre un lote de terreno comprado con ese fin y donado por don Gabriel Luque de Sotomayor. Su funcionamiento trajo bien atribulada a la economía conventual y no menos afligido al superior y párroco, que actuaba como director ejecutivo. Déficit del ejercicio 1968-1969, se calculó en 15.000 sucres, siendo así que no todas las maestras (seis formaban el elenco) llegaron a cobrar el sueldo mínimo legal. Para el curso 1969-1970 se habían matriculado 200 alumnas, distribuídas en cinco grados de primaria, mal acomodadas en un galpón insuficiente (24). Contra los temores del vice Santiago Ramírez, la presidenta de SBS acogió entusiasmada el proyecto de escuela de niñas, a cargo de las religiosas dominicas, en el "Delfina Armero de Gómez", en sustitución del angustioso "Isabel Luque" y en alternancia de mañana o tarde con las horas del colegio de niños. El día 7 de septiembre de 1970 se instalaron nueve religiosas dominicas en el edificio "Sagrada Fanúlia", colegio vivienda antaño ocupado por padres capuchinos, según dicho es: seis de ellas se dedican a la enseñanza en la escuela de niñas; otra, enfermera graduada, gobierna el dispensario; otra dirige la "Escuela del Hogar", en la que suelen inscribirse unas 60 mujeres, madres de familia, tan necesitadas de pan (se procura remediarlas) como de clases de hogar. Y todas estas 442

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