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Desde 1963 el consejo provincial de educación de Pichincha abona mil sucres mensuales a las profesoras de corte y confección. Funciona en 1964 un curso de alfabetización en que se inscriben hasta 100 personas adultas. No consta ni las veces que se repitió la experiencia ni quién se prestó a emular la paciencia de Job. Advierte el cronista que desde el 23 de febrero de 1965 precedía a la clase de alfabetización un refrigerio de pan y leche. Hubo dos momentos conflictivos en la historia de la escuela "Manabí". El 20 de enero de 1962 recibía la superiora de las misioneras AMF un oficio fechado en Quito el día 16, a tenor del cual se le ordenaba entregar el edificio escolar a sus primeros destinatarios, los niños de la escuela pública fiscal. Como su director, don Ricardo Rodríguez Ocampo , había fracasado en el intento de forzar la entrada, elevó instancia, mediante el director provincial de educación, Ledo. Rafael Alvarado (27 de diciembre de 1961), en que se indicaba que había expirado sobradamente el plazo por el que se había entregado el edificio a las religiosas españolas y que éstas disponían de local nuevo para su escuela confesional. En todo lo cual decía verdad. Al día siguiente, 21 de enero, se presenta en Pifo el vicepresidente de la república. Le expone Beizama lo ocurrido y ordena su excelencia que nada se mude hasta su entrevista con el ministro de educación y con el señor presidente de la república; pues hasta pudiera suceder que llegara a ser la escuela propiedad de la AMF. Como el señor ministro, Gonzalo Abad G., por decreto 005176 de 9 de febrero, Sección Primaria y Oriente, insiste en .que se cumpla lo ordenado, rompe el pueblo en tales protestas y amenazas que se ve precisado a comparecer en Pifo. Le acompafi.an , con otras personalida– des, las señoras del vicepresidente de la república y del presidente de la cámara de diputados. Advertidos a tiempo de la visita, salieron a recibir– les, con saludos florales (20 de febrero de 1962) las colegialas de la escuela "Manabí", con el párroco Luis de Viscarret, las profesoras y el pueblo en masa. El señor ministro, con su ánimo adobado por personas influyentes, amigos de P. Beizama, no pudo resistir al halago de tan caluroso recibimiento, remachado con el brindis escolar. Al mes siguiente el perturbador Ocampo tenía que salir de Pifo por decreto de traslado. Ningún cronista advierte por qué no se ocuparon los nuevos locales hasta 1967 y por qué el superior, Vicente de Artavia, los ofreció al señor ministro, en mayo de 1960, para fines culturales. 387

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