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ocupando locales de precario y como urgía dotar de vivienda a la Acción Misionera Franciscana, se encargó del proyecto al ingeniero Aníbal Proaño, que lo presupuestó en 200.000 sucres. Personas amigas ofrecieron 50.000 ladrillos y pueblo y consejo local se comprometieron a desbrozar y allanar el terreno en mingas voluntarias y a colaborar en el alzado del edificio. Regalo gubernativo fueron las duelas y cartón para el tumbado o techumbre. Bendición de la obra e inauguración de la vivienda, el 8 de febrero de 1959. Se recaudaron 350 sucres entre la concurrencia (11). Escuela "Manabí".- La ciudad de Pifo se siente orgullosa del lustre que le va refluyendo del centro docente de la parroquia ''San Sebastián". En la escuela "Manabí" llegaron a matricularse (cifra record) hasta 160 de sus hijas (12); cifra común es la de 130 niñas. Cuatro profesoras, dos AMF y dos seglares, hasta 1970 en que todas cuatro son misioneras de la Divina Pastora. Nada perciben del Estado. Comunidad y parroquia han de diligenciar para abonarles 600 sucres mensuales, amén de comida y hospedaje. Delegados o delegadas del ministerio de educación presiden los exámenes. En los de julio de 1963 llegan a calificar con sobresaliente 10, a las profesoras. Por Navidad se entrega, a todas las niñas, un aguinaldo a que contribuyen Cáritas diocesana y la parroquia: un vestido, un saquete de harina, una bolsa de caramelos, útiles escolares. A los niños de catecismo, bolsas de harina, ropa y caramelos. CARE tampoco se olvida entre año de estas niñas (13). Pruebas de la irradiación que alcanzó esta escuela por sus éxitos: el custodio Manuel de Beizama y el superior local, Santos de Egüés, mantienen cordial entrevista con el pastor jefe de los protestantes y señora, que matriculan a tres de sus hijas en los cursos de la AMF: dos en la escuela "Manabí" y la tercera en la de "corte y confección" (14). El Dr. Humberto Vaca Gómez, ministro de educación pública y su esposa Hipatia, dejan en la residencia de las misioneras franciscanas, como alumna interna, para cursillo de primera comunión, a la negrita "Colombia" (15). Las clases de religión a las niñas de los cuatro últimos cursos (enseñanza primaria) a cargo del párroco y su coadjutor. Horario escolar, de 8 a 12 y de las 14 a las 17 horas. A continua– ción, las clases técnicas: corte y confección y mecanografía, a que hubieron de renunciar antes de dos afi.os por inhabilidad mecánica de las alumnas. Desde octubre de 1959 anuncia el superior y párroco, Vicente de Artavia, cursos complementarios de "cultura general y economía doméstica". Conste que los títulos son oficiales, extendidos por las delegadas gubernativas que presiden las pruebas correspondientes. 386
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