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ella triunfa la tesis de los católicos conservadores por 27 votos contra 20, votación que sanciona el consejo de estado. En el rifirrafe pierde su puesto el titular de educación; pero la escuela, inaugurada el 3 de octubre por las religiosas lauritas, continúa su normal funcionamiento en el local discutido, al que acuden todas las niñas en edad escolar, salvo cuatro (8). El 22 de enero de 1956 llegan, acompañadas del cardenal La Torre, las cuatro primeras misioneras AMF, que inmediatamente se hacen cargo de la escuela Manabí: Juliana Oliden Pérez, de Irún, directora general; Marcelina Irure Arrasate de Ucar; Carmen Sanz Blanco de Zaragoza y María Carmen Resino Grasa de Ejea de los Caballeros. Sustituyen a las lauritas que sólo por singular favor acepta– ron un compromiso interino; y completan su labor docente con clases vespertinas de corte y confección y de mecanografía a unas 20 señoritas (9). Por decreto 041 general, de 27 de enero de 1956, el nuevo ministro de educación, ingeniero José Pons V., reduce a un año el arriendo gratuito del local escolar, pese a las indicaciones del cardenal arzobispo y a las sugerencias del custodio Langarica, que desearía firmar contrato con el gobierno por tiempo indefinido (10). Afortunadamente transcurre el año y los años, sin tiempo, entre los reajustes ministeriales, para urgir la decisión ministerial. Hasta que sobrevenga el intento de asalto por los profesores de la escuela fiscal, cuando lo juzguen oportuno. Entre tanto, la resonancia nacional del pleito referido, la creciente inmersión espiritual y social de los religiosos y de las misioneras en el pueblo (creo que bien orquestada en la capital por los dueños de las haciendas) y el prestigio real y genuino ante el gobierno de la nación por su labor entre los indios y entre las clases humildes de la ciudad, hicieron del centro parroquial de Pifo un polo de atracción. Por sola razón de simpatía y no más que para convivir horas amigables, se desplazan al convento de Pifo el ministro de educación pública, Dr. José Baquerizo Maldonado y señora, con varios funciona– rios de su departamento. Las misioneras AMF preparan excelente agasajo (4 de enero de 1958) para la hora del yantar. A nadie parecía inquietar la expiración del plazo de arrendamiento del edificio escolar. Para el nuevo que, amén de las aulas, había de servir, en el piso superior, como residencia de las misioneras AMF, había remitido (15 de diciembre del 57) este señor ministro, cubierta de zinc, valorada en 18.000 sucres. Y el honorable consejo provincial de Pichincha un cheque por otros 50.000. Como, sucediera lo que sucediese, se venían 385
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