BCCCAP000000000000000000000207

Por el mes de enero de 1972 aún pudieron dedicarse durante una semana entera a la oración y al estudio; aprovecharon las lluvias torrenciales. Dieron cursillos a 20 catequistas; y emprendieron más tarde, cuando no lo estorbaron los aguaceros, correrías doctrinales sobre la Historia de la salvación, ilustradas con filminas, por El Morro, Puerto El Morro, Engabao, isla de Puná, Sitio Nuevo, Data de Posorja, Data de Villamil, barrios de San Pedro y de la Concordia. "En Engabao, nada entienden de la misa... Los hombres de El Morro, aún muy recelosos y alejados, no pisan la iglesia" (47). Merced al jeep que les presta el Mayor de la base militar pueden hacer ese recorrido, en que colaboran muy asiduamente las misioneras AMF, las religiosas de la Cruz Roja de Playas y las catequistas, que toman a su cargo las visitas a domicilio y la preparación de padres y padrinos a la ceremonia bautismal y de los niños a la primera comunión. La misión de Engabao duró cuatro semanas. "Los Padres debiéra– mos participar más activamente en este apostolado (visita domiciliaria) y no encerrarnos tanto en la parroquia" (48). "No vamos a Ejercicios; queremos hacerlos aquí según las caracte– rísticas de nuestra vida y de nuestro apostolado" (4 de septiembre de 1972). La novena de la Virgen de La Merced se redujo a la liturgia dentro de la iglesia; y el día de la fiesta se negaron, pese a las protestas de la feligresía, a que su excelsa patrona luciera durante la procesión la banda de generala, que le corresponde por antiguo privilegio en toda la América hispana. "La gente lo ha criticado; pero es necesario entrar por las vías de la renovación". A partir del 24 de noviembre prohibe el superior cualquier apos– tolado nocturno, a fin de que "cada cual pueda dedicarse a la oración desde las 8 a las 10 p.m.". Se rompe la anterior prohibición y se renuevan las jornadas de Belén, desde el 16 de diciembre hasta la Navidad, con las figuras vivientes de San José, la Virgen sobre el borriquillo, pastores y hasta payasos que de barrio en barrio anuncian, con sus cantos y sus lecturas bíblicas, las próximas solemnidades. Resume el cronista su experiencia del primer año de la nueva "fraternidad de oración y apostolado": "Hemos continuado la labor en extensión y perfeccionado en intensidad. No hemos podido retirarnos al 363