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bajo soles y bajo aguaceros; ni tampoco era grato alternar con gentes que, por lo general, les rehuían desconfiados (los playeros) (8). Se acepta la renuncia de P. Nicolás, que es destinado a Tulcán, en tanto que Máximo de Arruazu pasa de Plaza Gutiérrez a Playas (9). Movido por el mismo deseo de independencia que su predecesor, escoge como albergue la torre semiderruída; y cuando los aguaceros an-ecian, se refugia entre el polvo y los encarnizados zancudos de la sacristía aneja. Desde que tomó posesión de su nueva pru:roquia expuso tres proyectos de obra como más apremiantes: un galpón destinado a enseñanza primaria; la casa cural y el templo parroquial. Formóse un comité de señoras guayaquileñas, prestas a recaudar fondos: señoras Zoila de Novoa, Maruja de Orus, María Luque, Noemí viuda de Villarino con varias otras damas, sus amigas. Se consultó con el ingeniero Orus, español. Dinero en cartera, 19.000 sucres (10). Del sacrificio llanamente superado brotan más fuertes empeños que de la monótona comodidad. Vencidos los primeros amargones, nace el deseo de afincamiento y se firma con Mons. José Félix Heredia un primer contrato ad referendum, por el que los capuchinos se hacen cargo ad nutum S. S. de la parroquia de Playas Villamil, en tal guisa que el religioso nombrado por su superior mayor confirmado por S. E., ejerza de párroco, mas "no como en iglesia de religiosos, sino como encargado de una iglesia diocesana". La casa cural que se comprare o se levantare con dádivas de los fieles o con los derechos de fábrica, será propiedad de la curia diocesana, que en todo momento reconocerá las inversiones procedentes de otros recursos (11). No agradó el contrato al definitorio provincial de NCA, por parecerle desventajoso. "¡Magnífico! -exclama el provincial Serafín de Tolosa-. No nos han satisfecho las condiciones en que el Sr. Obispo la ha ofrecido; pero a lo hecho, pecho y más vale pájaro en mano que cien volando". Y acaba por felicitar al custodio P. Ruperto, por parecerle Playas "lugar de veraneo y descanso para los religiosos". Y la incorpora– ción de las parroquias de Santa Ana y de Playas, venero de recursos con que sostener la custodia de Ecuador, su escuela seráfica, su noviciado y sus colegios parroquiales (12). En posterior convenio que firman el obispo Mosquera y el ministro provincial Ricardo de Lizaso, se tiende a clarificar lo impreciso y a concretar lo sobrentendido. Se aprueba la erección de una casa de la Orden dentro de los límites de la parroquia "Nuestra Señora de la Merced" de Playas. La entrega de la parroquia ad nutum Sanctae Sedis habrá de ser "pleno ime". Interin cede S. E. la iglesia parroquial a la orden capuchina en usufructo perpetuo y gratuito, con los te1Tenos a ella adyacentes y reconoce como de la Orden las construcciones que 349
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