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Gregorio de Mondragón se despide el 31 de mayo de 1962 con destino a España. Llega Gaspar de Estella que, con su coro, conquista la medalla de oro y premio de 300 sucres en el concurso diocesano de villancicos. Capellán de MM. franciscanas , en cuyo colegio da clases de religión, como Elizalde y Cilveti en otros centros docentes. Resalta el cronista la gran resonancia que, entre el clero alto y llano y en los medios intelectuales y políticos, tuvieron las ejercita– ciones de P. Jaime Zudaire (febrero 1962). Felipe Cilveti, nuevo superior y párroco (marzo de 1964), muestra su complacencia por la buena acogida que tiene el curso de formación bíblica, por él instaurado, y al que acuden abogados, ingenieros, médicos y de otras profesiones liberales, desde mayo a julio. La sesión de clausura presidida por el obispo auxiliar, Monseñor Bernardino Echeverría. Por un tiempo consigue mantener el fuego escriturístico, mediante reuniones quincenales. A la Legión de María ha confiado la preparación prematrimonial de las parejas. No admite matrimonios relámpago (36). Robam al mecánico el carro que la fraternidad le había confiado para su reparación, después de haberle abonado 10.000 sucres por el arreglo; otros 600 gastaron con los "chapas" en pesquisas inútiles (octubre 1962). Plaga de grillos y de mosquitos con las lluvias (enero 1964). Fallecimiento de Doña María Puga, gran bienhechora, que durante siete años "nos enviaba cada semana frutas y quesos". Por Navidad y por Santa Ana, 500 paquetes de galletas, confites y juguetes. Dejó en herencia para la fraternidad de Santa Ana, sillas, butacas, armarios, vajilla y ropa ( + febrero 1964 ). Se despide (abril 1964) fray Vicente de Beortegui, cuya cuesta– ción fue durante ocho años la base financiera en las obras de la iglesia parroquial. Se interrumpe la Crónica de Santa Ana desde septiembre de 1964 hasta el año 1975. 330