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Por los meses de julio y agosto de 1874 arribaron a Ecuador siete religiosos capuchinos, cuatro de ellos sacerdotes y tres hermanos legos; dos de los sacerdotes procedían de Nueva York, y el resto, de Francia. Y todos siete habían sido expulsados de Guatemala (3). El refuerzo, aunque notable, no era suficiente. Tenía planeado García Moreno que siquiera cuatro se distribuyeran por la provincia de Manabí, carente de clero secular, o que se avecindaran en su capital, Portoviejo (4). En consecuencia vuelve a escribir al P. General, Egidio de Cortona: "Por tanto insisto en rogarle nos envie los diez i siete religiosos que faltan pª completar el nº de veinticuatro que le pedí i que V.P. ofreció a nuestro Ministro Gral. Salazar, i en caso que esto fuera imposible le mego nos envie siquiera los estudiantes españoles que están en Francia, concluyendo sus estudios i que desean venir a esta República, pues pronto podrían ordenarse i ser útiles pª la fundación proyectada. . . Bueno será que traigan los libros necesarios pª sus estudios i el ejercicio de su ministerio, cuidando de que se repartan en cajones que no escedan de 50 kilógramos, a fin de facilitar i acelerar su transporte en bestias de carga". No tiene que preocuparse el P. General por los gastos de esta nueva expedición ; porque el cónsul ecuatoriano en París tiene orden de sumi– nistrarle los fondos necesarios (5). Ajustados informes los del presidente ecuatoriano acerca de los capuchinos españoles. Sin duda se los facilitaba el P. Miguel con quien, según el cronista PBP solía cartearse hasta dos veces por semana. En efecto, habían manifestado los desterrados de Guatemala, residentes en Francia, voluntad firme de ejercer su apostolado en Ecuador. Y como de su deseo i)erseverante consta a García Moreno, lealmente torna a su porfía. "y le ruego a V.P.- escribe nuevamente al Rvdo. P. Cortona– sean ocho españoles que han acabado ya el curso de Teología en Fran– cia y además Fr. José Calasanz de Llevaneras, los tres filósofos Fr. Joaquín de Llevaneras, Fr. Ramón de Matai·ó y Fr. Estanislao de Reus y el hermano lego Fr. Peregrín de Chalatenai1go. Ojalá con éstos pueda enviamos V.P. a los RR. PP. Estevan de Aduain y Fr. José Chatrancolí''. El cónsul ecuatoriano en París, señor Fourquet, tiene orden no sólo de costear, según costumbre, los gastos del viaje, sino de poner a disposi– ción del P. General tm suplemento de hasta dos mil francos pai·a misales, breviarios y libros de estudio. Que procuren embarcar los expediciona– rios no más tai·de del mes de julio (6). 30

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