BCCCAP000000000000000000000207
cemento; planta baja y piso superior hasta 8'20 metros de altura y posibilidad de nueva elevación. Presupuesto, 190.000 sucres, que habrán de satisfacerse a plazos: 50.000 al contado y el resto en letras, al 10% anual durante diez años. "Si tuviéramos bienes raíces -comenta Langarica- tal vez nos hubiese costado menos la obra". Pero hasta aquel entonces, todo estaba aún sin registrarse. La prestigiada y cumplidora empresa "Construcciones Ecuatoria– nas" se compromete a entregar la vivienda proyectada, en término de 90 días (29). Un día del mes de febrero (14 según el cronista de Santa Ana Alizalde, 19 según el custodio Santos) de 1957, se bendijo y se inauguró la nueva residencia, que, salvo un anejo, ha sido la definitiva, con tan gran júbilo del veterano de Santa Ana, P. Eugenio de Legaría, que improvisó en el brindis prosas y versos de humor vario en castellano, en tagalo y en inglés. Desde la choza de caña a la del Te Deum y desde la estructura de simple madera sin desbastar a la de cemento armado, no faltaban percances que conmemorar. Cierto que no por eso quedaron eliminados los enemigos naturales del reposo, como los grillos impertinentes, las monstruosas cucarachas y los agresivos zancudos (30). A que ha venido a sumarse, por obra de la civilización, el ruido constante e insoportable del tráfico de coches y camiones. La vieja vivienda se destina a colegio de niñas. Pocos días después de inaugurarse el nuevo convento, celebran contrato el arzobispo de Guayaquil, Mons. César Antonio Mosquera Corral, por su archidiócesis, · y el custodio Santos de Egüés por la provincia de NCA, a tenor del cual la parroquia de Santa Ana se entrega a la orden capuchina, ad nutum Sanctae Sedis. Había solicitado S. E., el día mismo del convenio, 25 de febrero, autorización de la Santa Sede, que a 5 de octubre le concede la Congregación del Concilio, para hacerlo efectivo. Y la Congregación de Religiosos, a petición del ministro provincial de NCA, otorga licencia al padre general, Benigno de San Hilarlo Milanese, para aceptar la parroquia de Santa Ana (31). Desde el mes de mayo de 1957 figura en Santa Ana como superior, párroco, ecónomo y cronista el P. Eugenio Elizalde, con quien '2olabo– ran fructíferamente la elocuencia de Vicente de Artavia y la actividad persimoniosa y eficaz del limosnero fray Vicente de Beortegui, por tiendas y mercados. Fray Gabriel de Echauri, que llegó desde Gualea para otra campaña de cuestación, no le disputa el campo, porque su recorrido es el domiciliar de casa por casa; no obstante, al despedirse entrega para sufragar los gastos de la nueva residencia, el 35% de su colecta. 325
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz