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Finalmente, en fecha que no he logrado precisar, se realiza la compraventa: 8.135'10 metros cuadrados a 800 sucres el metro cuadrado, por importe de sucres 6.508.080, de los que se dedujeron 75.000 de gastos. Líquido repartible, 6.433.080, cuyos dos tercios montan 4.288.720, que se llevó la curia archidiocesana; el tercio restante, de sucres 2.144.360 quedaron para la viceprovincia (120). Se me figura que la diferencia de metros entre los de la promesa de venta y los adjudicados a la empresa constructora constituye el solar de la casa parroquial. Por el mismo acuerdo de 14 de febrero de 1978 se permutó el solru.· y capilla La Florida con el que poseía la curia diocesana en el lugar llamado "Cementerio", entre la Avenida Occidental y la calle Záparos. Sobre éste se levantó la nueva casa viceprovincial (121 ). Costó la obra muchos sinsabores y no menos de tres millones y medio. En torno a un patio interior, de 12 x 7 metros, porticada en ladrillo rojo, 14 habitaciones (10 destinadas a hospedaje), con sus pertinentes comodidades higiénicas y con las otras dependencias atañentes a una comunidad conventual. En el sótano, archivo, biblioteca, mimeógrafo... Piso superior de almacén y terrazas. Orienta– ción muy buena, con predominio del segundo cuadrante, y perspectiva profunda, sin riesgo de obstáculos, sobre el aeropuerto "Mariscal Sucre" y hasta las cumbres del Antisana y del Rumiñahui. En plena campaña de construcción de la nueva residencia vice– provincial, se ofrece a la archidiócesis la casa grande de Quito (residencia parroquial, fraternidad capuchina, escuela nacional de catequesis, colegio de primaria) con su terreno adyacente (unos 6.000 metros cuadrados), sin compensación alguna. Unica condición, que se continúe la obra social de su escuela de primera enseñanza. Declara el viceprovincial Benito Andueza que se determinó a entrega tan liberal, porque el inmueble había perdido su razón de ser (colegio de filosofía y de teología) y porque los superiores generales de la Orden le obligaron a cambiar albergue tan llamativo por otro más humilde y recatado (122) . "Acepto con gratitud esta donación como ARZOBISPO DE QUITO... Este paso me hace sentir con cuánta autenticidad la Provin– cia Capuchina del Ecuador está empeñada en la aplicación de las normas de renovación actualizadas pru.·a toda la Orden" (123) . Y acabó por abandonarse sin resuello y sin sollozo la casa grande de Quito, el garboso colegio "San Lorenzo de Brindis", cuyo último rasgo franciscano , al margen del minoritismo del abandono, fue la 299
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