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los bienes raíces: en Quito, 16.960 metros cuadrados, valorados en 1.696.000 sucres; sobre dicho solar se levantaron iglesia, casa y colegio, valorados en 4 millones de sucres (80); y cuando formula su "Relación de visita", que remite al provincial de NCA: "En Quito, la Iglesia, el Convento viejo y el nuevo, con los terrenos contiguos a los edificios, una hectárea y media, pertenecen a la Orden" (81). No bien firmados los acuerdos precedentes, nueva oportunidad se brinda a la fraternidad capuchina: 3.000 metros cuadrados en barrio céntrico, residencial, de Quito, a condición de atender el servicio religioso en la capilla que van a levantar los mismos vecinos que ofrecen el terreno; es zona minada por la propaganda protestante. Langarica y sus asesores (J. M. Irure, Miquélez, Recalde) se muestran prontos a satisfacer solicitud tan racional; y no sólo por celo apostólico, sino porque permitiría descongestionar la casa de Quito, en que se alojaban la cuda custodia!, la procura de Agua.rico, el despacho y el salón parroquial, los misioneros en vacación y el presunto colegio vocacional. El definitodo provincial de NCA muestra su disconformidad, por dos razones fundamentales: falta de personal, que no puede completarse desde Navarra; y desacierto en querer trasladar la curia al nuevo emplazamiento, "porque la mentalidad de la Orden es que la Curia no esté aislada" (!). "Podrían aceptar la donación en el caso de que, sin funclar una nueva residencia, pudiesen atender espiritualmente la zona... desde la actual residencia de la comunidad" (82). Se renuncia a la oferta; y meses después, por no hallaxle destino inmediato, se renuncia al lote adquirido en 20 de mayo de 1964, de la cooperativa "San José " de Quito, por el reintegro de los 20.000 sucres invertidos en su compra (83 ). El desconcierto sobre las coordenadas geográficas de Chaupicmz parece acentuarse con los días . En la asamblea anual del mes de mayo de 1969 se urge a la fraternidad de Quito solución inmediata al edificio nuevo. Y durante la ausencia del custodio Langa.rica, el superior local, Ramón Echegaray , decide repartirlo entre un Centro de Pastoral, que se encomienda a Cados Antonio Hualde, del equipo misionero pontificio, y una escuela de primera enseñanza. Aurelio Laita, ministro provincial, apmeba esta iniciativa; y el custodio Egüés, a su regreso de Espafia, la repele como atropello inaudito , aunque se le haya asegurado que solamente se realizaba "ad experimentum" y hasta el próximo capítulo custodia!; porque con esos ensayos "habían trastornado de a1Tiba abajo la casa de Quito. . . deshaciendo el colegio de filosofía y aninconando a la comunidad" (84). En lo que no exageraba. 287
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