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veraniega con los indios de Chimborazo (no realizada), con finalidad etnológica y socio religiosa. El colegio intercustodial, concluye Arrondo, debería depender directamente del P. General, cuya contribución por estudiante podría fijarse inicialmente en un dólar diario por estudiante (50). Entre uno y otro informe, (31 de marzo y 31 de octubre de 1966) se celebró una reunión de educadores con la plana mayor de la custodia (Martín Irure, Feliciano Noain, J. A. Recalde), en que sugiere el director del colegio, Jesús Arrondo, trasladar a Bogotá a la media docena de estudiantes, para que cursen en la universidad franciscana de San Buenaventura. Su proposición, derrotada por mayoría de votos. El primer curso debe explicarse en "San Lorenzo de Brindis", previa traducción de los textos al castellano; y desde el segundo, en la univer– sidad de. San Gregorio de Quito. El P. Marceliano daría una clase semanal de lengua francesa. "Piano, armonium y mecanografía deben ser obligatorios, no libres". Un curso de Estética a cargo de Valeriana Leceta; cursillos de Biblia y de Liturgia por cuenta de Santiago Ramírez, y por la de otros, que no se especifican, lecciones de sociología, pedagogía y franciscanismo (51). Mucha utopía es ésta. ¿Quién, después de tanta euforia, podría vaticinar lo que de allí a no mucho aconteció? A mediados del mes de diciembre se encamina Santiago Ramírez, con los cinco únicos estudiantes de filosofía supervivientes, al colegio de La Caro (Chía) de la custodia capuchina de Bogotá, para atenderles durante el tiempo que cursaran en la universidad franciscana de San Buenaventura. ¿Dónde queda la "integración nacional del clero" en las etapas de formación? El "San Lorenzo de Brindis", preferido para noviciado inter– custodial, acoge a 24 jóvenes procedentes de Colombia Oriental y Occidental, Costa Rica, México, Ecuador y República de Santo Domingo (52). ¿No se obró con excesiva precipitación? Santiago Ramírez, que carga con los gajes de director y con las cátedras de Etica y de Liturgia en la universidad bonaventuriana, saluda risueño el alborear de la nueva experiencia : "La juventud es sincera y sólo quieren buena voluntad y entrega. Creo nos estamos entendiendo bien... Están contentos. Se ven más avanzados que los franciscanos y los terciarios; responsables y contentos de verdad". El profesorado adolece de ciertas deficiencias (53). 279
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