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320 sacrificios pasados algunos años, quedó el templo, si no terminado, al menos en disposición de abrirle al culto, siendo dedicado al Sa– grado Corazón de Jesús . El día 31 de diciembre de 1918, en imponente manifestación, fué trasladada desde la parroquia del Rosario al nuevo templo la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. El día 1 de enero de 1919, a las cinco de la mañana, una banda de música anunciaba a los fieles de la parroquia del Rosario, en alegre diana, el aconteci– miento religioso. A las ocho del mismo día se celebró la ceremonia de la bendición del nue'vo templo por el Vicario General Dr. D. Car- · los Valiente, siguiendo la misa solemne con panegírico, que predicó el R. P. Alejandro de Valencia. Por la tarde fué la procesión solemne, en la que figuraban todas las clases sociales, la Hermandad del Santísimo Sacramento, la numerosa Asociación del Apostolado de la Oración y por último varios centenares de niños, calculándose el nú1riero de asistentes en unos 8.000. Terminada la procesión se hizo la consagración de la parroquia al Sagrado Corazón de Jesús; y a fin de que todos los hogares cristianos del distrito parroquial fuesen también consagrados al Sagrado Corazón de Jesús, entro– nizando en ellos la imagen de Jesús, se dió comienzo a una misión, que terminó el día de los Santos Reyes. El fruto de esta misión fué sumamente consolador, pues hubo doscientas primeras Comuniones entre niños y adultos y se celebraron veinte matrimonios. A fin de estimular a los fieles a consagrar sus hogares al Sa– grado Corazón de Jesús, la Hojita Parroquial, decía: «Es preciso para ello que a esta consagración oficial de la parroquia siga la con– sagración privada de cada uno de los hogares de la misma. Todas las familias, pues, que ·se precien de católicas deberán sucesiva– mente consagrarse al Sagrado Corazón a partir del primero de enero próximo». Los fieles respondieron al llamamiento de los Capuchinos que hicieron desde la Hojita Parroquial, consagrán– dose muchos hogares al Deíflco Corazón. Desde aquella fecha los Capuchinos atienden al culto del nuevo templo. Anhelando los Capuchinos llevar la moralidad y el bienestar a todas las clases sociales, y especialmente a las más humildes, pen– saron en dotar al nuevo templo de Mundo Nuevo de una casa social para las obreras, debiendo ponerse al frente de dicha institución las Religiosas Terciarias Capuchinas, que tanto bien estaban produ– ciendo en el Vicariato de la Guajira.~El deseo fué llevado a la reali– dad con el aplauso de todos los barranquilleros. Esta casa se abrió junto al templo del Sagrado Corazón de Mundo Nuevo. En