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282 camos encarecidamente perdone a nuestros padres; ellos no tienen la culpa, sino tres o cuatro de los llamados civilizados del Valle y otros tantos de Puebloviejo, y que son enemigos, no de Su Señoría y los Padres, sino de nosotros; ellos no ven con buenos ojos nuestra civilización, porque no pueden vivir de nuestro sudor y hacer fortuna como no hay pocos casos, y nuestros padres, ciegos todavía, siguen con el mismo yugo ... Perdón, señor Obispo. Su Señoría conoce la índole de nuestra raza, que es incapaz de tales calumnias; nuestros padres han sido hábilmente amaestrados por los que los llaman sus hijos para sacarles mayor meol lo .» Firman el escrito cada uno de los jóvenes, que son más de cien. A los testimonios aducidos no tenemos que añadir nada de nuestra parte, porque ellos manifiestan a las claras que se trata de calumniadores y de malos patriotas.