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278 los desposados reciben en forma de dote de la Misión una casa con todo su ajuar; siguen los maridos trabajando voluntariamente en el Orfelinato muy bien remunerados; las esposas aprenden a apreciar la vida hogareña y a sentir la inestimable influencia de la moral. »Una visita a San Sebastián es por diversos conceptos impor– tante y de un alto interés patriota; importa la contemplación de sus paisajes, las faenas de los jóvenes, la precisión en el cu 0 mplimiento del deber y los sinceros sentimientos religiosos; interesa al patrio– tismo el ver cómo con frases siempre de amor se regenera un cora- ~ ' f'i' Orfelinato de San Sebastián de Rába!¡o (t"levada) zón antes salvaje, y como fruto de su nuevo estado tiene Colombia nuevos servidores que aportarán un esfuerzo más al esfuerzo común por su adelanto y su progreso» C1J. A fih de desprestigiar a los misioneros Capuchinos se inventa una nueva calumnia, y para denunciar el hecho se logra que unos pobres arhuacos, favorecidos especialmente por la Misión, vayan a Bogotá a presentar sus quejas ante el Ilustrísimo Primado, acu– sando a los misioneros de haberse apoderado de casi todos los terrenos de San Sebastián, lo cual es una grande y pública impos– tura, pues a la vista está que los terrenos de San Sebastián no miden menos de 10.000 hectáreas, y los terrenos cultivados por la Misión no pasan de 50 hectáreas, en lugares completamente baldíos (1) El Colombiano de Medelltn.