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224 chos y sembrar todas aquellas rozas que encontrasen preparadas para el cultivo. Un mes duró la expedición sin tener que lamentar el menor con– tratiempo , a pesar de los muchos peligros y amenazas en que se Los famosos y terrible" motilones por cuya reducción tanto se interesó e l Vicario Apostólico vieron rodeados frecuentemente, y con la satisfacción de haber dado a los indios grandes muestras de paz y cordura con los obsequios y regalos que les dejaron en las rancherías que encontraban a cada paso abandonadas, porque huían los indios. Era tanta la satisfacción que produjo en todos los ·expediciona– rios esta aventura, que el Vicario Apostólico y todos sus acompa-