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BIENVENIDO DE ARBEIZA cas, a principios del siglo xvn; "antes del año 1606 según el P. Saderra, S. J. siendo derribada por un espantoso te– rremoto en 1645". Entre 1645 y 1658 áebió de edificarse la segunda iglesia, de piedra también; pero en 1662 la mandó derribar el Go– bernador por razones militares, poco antes de la temida invasión del tirano de Formosa Kuesig, y la histórica ima– gen fue llevada a la catedral de Manila. En 1663 volvió a reedificarse, haciéndola más amplia y hermosa, siendo su arquitecto el mismo Párroco Recoleto, que preparó los pla– nos de la magnífica iglesia de San Sebastián (Manila). Según hacen notar las crónicas de aquel tiempo, la nue– va iglesia llamaba pocierosamente la atención de los visi– tantes, siendo la admiración de todos su airosa torre, que descollaba graciosa sobre su ponderada fábrica. Instalóse en los más alto una magnífica lámpara de conchas transpa– rentes, sirviendo de faro y guía para los navegantes que llegaban de alta mar. Pasados algunos años fue destruída, reedificándose otra vez en 1712, siendo esta la cuarta iglesia. En 1771 fue otra vez demolida hasta sus bases por un fuerte terremoto, trasladando nuevamente su venerada Ima– gen a la catedral, donde permaneció hasta el año 1918. Después de aquel terremoto desvastador se levantó una nueva iglesia, la quinta, sumamente sencilla. Por fin, el año 1885 estando la parroquia bajo la admi– nistración de los PP. Recoletos y siendo párroco de la Ermita el P. Santos Paredes, comenzó con gran entusiasmo la cons– trucción de la sexta iglesia, que costó más de 25.000,00 pe– sos. Durante la revolución quedó abandonada bastante tiem– po, viniéndose abajo parte de ella, quedando casi en ruínas. Pocos años después, 1903, Mons. Alcacer la ofreció a los PP. Capuchinos, reedificándola y hermoseándola hasta con- 88