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BIENVENIDO DE ARBE1ZA Entre tanto el párroco de la Ermita P. Santos Paredes, recoletano, empezó la construcción de una iglesia de nueva planta que quedó finalmente acabada el año 1885. La Virgen de Guía tenía ya una buena casa y los Ermi– tenses pidieron humilde pero insistentemente al Arzobispo la devolución de su histórica Patrona. Y a modo de callada pero eficaz protesta, todos los años hacían una devota procesión el día 17 de diciembre para honrarla con animados cultos. Sus párrocos. celosos como nadie de los intereses de su parroquia, reclamaron en distintas ocasiones su derecho con atentas cartas al Sr. Arzobispo. Así el P. Ricardo de Torres, quien en 1908 recoge cen– tenares de firmas entre sus feligreses para reclamar sus de– rechos ; en 1912 renueva esa misma petición el P. Remigio de Papiol y en 1914 el P. Marcelino de Salt, hasta que final– mente el P. Vicente de Pamplona, apoyado como nunca por el sentir unánime y el voto de toda la parroquia, hizo en 17 de Noviembre de 1917 una razonada exposición de hechos, que llamó la atención del nuevo Arzobispo Mons. M. O'Do– herty y fue entonces, cuando, obtenido el voto favorable del suponían mucho~ miles; para administrarlos fue nombrado D. Francisco Díaz Durana, Te,;orero de la Catedral... "para la seguridad, custodia, ad– ministración y rl'caudación de las Obras y otros caudales pertenecientes al culto de María Santísima Ntra. Sra...". Entre esos bienes se contaba la hacienda de Ntra. Sra. de Guia, situada en el arrabal de Maytubig. Dicha hacienda fue donada hacia el año 1760 por el Capitán Santiago de Jesús para el sostenimiento del culto de la Santísima Virgen de Guía, y lindaba con los terrenos de D. Rafael Inchausti. Su extensión, según el "Inventario de la Parroquia era de" doce hectáreas, dos áreas, noventa y siete centiáreas, equivalentes a 120.297 metros cuadrados y afectando la forma de un polígono irregular. Cfr. Inventario, p. 8. Arch. parr. de la Ermita. Dicha hacienda fue adjudicada a la Parroquia después de un pleito ruidoso, siendo su de– fensor el eminente abogado D. E. G. Répide. 230

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