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BIENVENIDO DE ARBEIZA la m1s1on mucho mejor y a este fin también he pedido su parecer (votando en secreto a los más aptos)" 4 • Algunas anotaciones. El citado proyecto es un documento precioso, de inesti– mable valor histórico para la misión de Filipinas ; en él se ponen de manifiesto las principales dificultades que obstacu– lizan o impiden en parte el desenvolvimiento y marcha libre y segura de la misión. Se recogen cuidadosamente las diversas opiniones de los misioneros sobre el mejor modo de resolver dichas dificul– tades, se da una idea aproximada del espíritu apostólico y vida regular de los religiosos, se dictan atinadas ordenacio– nes para cortar ciertos abusos y libertades "non sanctas" en la vida religiosa, se establecen normas claras y precisas so– bre la administración de los fondos parroquiales, de la Or– den; se piden facultades para realizar algunos contratos que podrán ser de gran utilidad para la misión en tiempo futu– ro, y finalmente se piden privilegios para algunos religiosos, como justa recompensa a sus actividades misionales. El Vi– sitador, convencido de la utilidad y provecho que dichas 4. Tengase en cuenta el estado canónico del Superior de Manila des– de 1886 hasta el tiempo que estamos historiando. Lo nombraba el Rmo. P. Llevaneras, siendo Presidente de la Residencia de Intramuros y Pro– curador de las misiones de Coralinas. No podía tomar ninguna decisión importante, sin consultar antes al Superior que estaba en España; de ahí el que los religiosos pidieran en la visita el nombramiento de un Superior regular con sus discretos. Habida votación para escoger a los más aptos, salieron elegidos por mayoría de votos: Discretos: P. Leoncio de Santibáñez, P. Juan de Ansoain, P. Ricardo de Torres, P. Eusebio de Azpilicueta. Respecto al candidato para superior nada se dice en la relación del M. R. P. Daniel al General, lo que parece confirmar lo di– cho antes sobre este asunto. 180