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DOS PALABRAS PARA TER}V[INAR N o solamente a los Apóstoles dijo Jesucristo: "Ense– ñad a todas las gentes". A todos los fieles están dirigidas estas palabras. El gran orador Lacordaire dijo elocuentemente: "De todo lo que Jesucristo recomendó a sus discípulos, se hizo solidaria la Iglesia, y entre los miembros de la fa– milia de Cristo hay comunión de todo y en toda cosa". No olvides, lector, tu obligación gr ave de cooperar a la evangelización de los paganos. Has visto, aunque someramente, las tristes y críticas circunstancias por las que atraviesa la pobre Misión de Pingliang, la Misión más pobre de China, como escribió el Obispo francés Mons. Guebriant, y que se halla en el período agónico, por falta de recursos. ¿No podrás hacer tú, lector, algo por esa Misión que agoniza? ¿No quieres contribuir tú a la salvación de esa pobre Misión? Allí están los Misioneros luchando valien– tes contra todas las contrariedades y dificultades. Se im– ponen enormes sacrificios, se privan de todo, aun de co– sas necesarias por salvar su Misión ... ¡Qué triste y doloroso sería que se vieran obligados a abandonarla ... por falta de recursos! . . . Lector: ¡Haz lo que puedas para evitar semejante des– gracia... ¡Una plegaria, una oración, un sacrificio, una limosna para la Misión más pobre de la China! ...