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na pared por los disparos, protegido por un maizal pude salvarme. Cuando iba corriendo oí que los presos, en el momento de la des– carga : gi:itaron : « ¡Viva Cristo Rey!> (Emilio Alvarez.) Un vecino del pueblo de Jove afirma que «el dia 14 de agosto de 1936, ya al atardecer, oí desde mí finca cómo traían en camiones a sacerdotes, religiosos y seglares de derecha; es dectr, católicos, :al cementerio del tpueblo para asesinarlos. Metieron a los presos den– tro de las tapias del cementerio; los colocaron junto a la pared lateral del lado derecho, y enfrente, junto a la pared de la izquierda, se colocaron con ametralladoras los que los iban a asesinar. Perfec– tamente oi cuando preguntó el jefe del pelotón: «¿Tiene alguno alg.o que alegar?> Y entonces s-e oyeron dos vivas, así: «¡Viva Cristo Rey, , y otro: «¡Viva Cristo Redentor! > Inmediatamente sonaron los disparos de las ametralladoras que les quitaron la vida. Junte a las paredes del cementerio, por la parte de afuera, habia mucha gente curiosa, presenciando el doloroso espectáculo. Alguna persona de las que estaban presentes me qijo de~tpués que los dos vivas a 'Crlsto Rey y a Cristo Redentor los habían dado los Capuchinos.» .(Rafael Sánchez Pérez.) A todo lo dicho de oídas, afiade un último manifestante que: «Oí decir a un miliciano, cuyo nombre y dirección y aun si vtve ignoro, que cuando llevaban a los religiosos Capuchinos de la Residencia de Gijón a fusilar iban rezando el santo rosario, y que uno de ellos oijo: «Vamos a rezar un padrenuestro y un avemaría para que Dios perdone a nuestros -enemigos., El mismo mHiciano me dijo: «¡Hombre!, si yo hubiera sido el jefe, no fusilo a esos hombres.> (Evaristo Herrero Rodrigo.) XI Reconocimiento oficial de la muerte del padre Arcángel. Suerte del cadáver.-Su nombre, en t;res lápidas.-Pia– diosos recuerdos.-Proceso de beatifict;tción. Martirizado fué el siervo de Dios en el cementerio de Jove por ser religioso, ya que por este carácter le detuvieron y encarcelaron, y por él pedían su CUMPO para hacerle picadillo. Su muerte fué de– clarada oficialmente, aunque con alguna -errata puramente acci– dental para el caso, como lo demuestra el siguiente documento: «Don Luis Cabeza García, secretario del Juzgado de Instrucción nú– mero 1, de Gijón. Certifico: Que en el legajo obrante en este Juz- 59

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