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80 ANUARIO .>llSIOSAL dre Llevaneras, Procurador de las Misiones, el P. Ambrosio de Va– lencina, Secretario, el Rdo. P. Berardo de Cieza y los Hnos. Fray justo de Eraul y Fr. José de lrañeta. El P. Llevaneras de vuelta de Carolinas constituyó Procura– dor general de aquellas Misiones al P. Berardo de Cieza el día 8 de julio de 1887. En este mismo día se bendijo el Oratorio de la casa donde se celebró la Primera Misa. Vicisitudes de la primera Fundación Dn. Vicente Sainz ofrece al P. Berardo una hermosa casa que él administraba en la calle de la Muralla N. 0 8. Tratado el asunto con el Sr. Arzobispo, procuró el P. Berardo asegurar el solar con escritura que se firmó el día 'l"f de Agosto, entregando en el acto & 224. Los PP. abandOl)aron la antigua casa. El limo. Sr. Arzobispo concedió al P. Berardo que pudiera ce– lebrar en la Capilla de la Soledad y permitió que el Sr. Gregorio Llores cediera la Capilla para los PP. Capuchinos. A la muerte del Excmo. Fr. Pedro Payo, fué nombrado arzo– bispo de Manila el P. Fr. Bernardino Nozaleda que se mostró re– servado con nuestros PP. Después de grandes dificultades, anejas a todos los comien– zos, pudieron los PP. Capuchinos establecerse definitivamente en Filipinas gracias al esplritu vigoroso del P. Berardo de Cieza que nunca se amilanó en presencia de los innumerables obstáculos. El año 1890 gozaban todos los privilegios, ventajas y exenciones, pro– pios a las demás órdenes religiosas. Es por demás interesante leer los informes que sobre el expe– diente de instalación definitiva de los Misioneros Capuchinos en Filipinas emitieron las Ordenes Religiosas residentes en este Ar– chipi~lago, el R. P. Superior de la Compañía de jesús, Arzobispo Metropolitano, Obispos Sufragáneos de Cebú, Nueva Segovia, Nueva Cáceres y de jaro, Real Audiencia de Manila, Intendencia General de Hacienda, Dirección General de Administración Civil, Consejo de Administración en pleno, y Gobierno General de Fili– pinas; informes favorables todos, sin nota 11lguna discrepante. To– dos estos informes obran en el Archivo Provincial en nuestro Con– vento de Pamplona. Solamente transcribo la resolución final dada por el Gobierno Dene~al de Filipinas: cExcmo. Señor: En 18 de Agosto de 1888 tu– vo este Gobierno General la honra de dirig ir a ese Ministerio del digno cargo de V. E. la carta oficial que en copia se acompaña. Me p ermito reiterar a V. E. la citada comunicación, porque habiendo

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