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68 ANUARIO MISIOSAL costumbres, no pudieron morar por más tiempo en la casa de Dios ni sufrir los resplandores de nuestra doctrina celestial. Cuando ha terminado la lección de doctrina, se pasa al estu· dio de geografía, aritmética, etc; (l) procurando amenizarlo de tal suerte que no se les haga pesado, y de una manera imperceptible vaya introduciéndose en sus corazones y en sus inteligencias lo que les es indispensable saber y amar tanto en lo que se refiere a Vbte.. Hno. Pr. Scb•stf6a de Sanrüua., 18 alo1 ndtfoaero to Poaap~ (CarolhHI Orfeatalcs) últfmo de tos ml1lonero1 espaiiotes 4ae bebo de a.baadoaar 1q11elta1 l1la1. la parte espiritual como en lo que pertenece a sus negocios tem· porales. Para conclusión... se les hace rezar diariamente el Rosario en lengua kanaka, que yo creo que le ha de hacer gracia hasta a la misma Santlsima Virgen, que se ve honrada en este idioma salva– je que no deja de ser gracioso sobre todo a los que lo oyen por primera vez. Se hace el acto de consagración, según se halla en algunas doctrinas, con sus respectivas Ave-Marias, y a los suaves y deliciosos ecos del acordeón tocado por Fr. Sebastián de San· guesa, se entonan algunos cánticos sagrados que son el último acto de la escuela, y que creo que son muy oportunos para dejarles gra· tas impresiones en sus pobrecitas almas, y grandes deseos de con· (1) El P. Buenaventura de Alboraya compuso mils adelante un manual en Kanal<o, e.n que se estudiaban estas materias, manual que tamp«o hemos podi– do ver.

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