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88 ANUARIO J'r\JSINNAL X Digna de mención es la institución de caridad llamada Confe– rencia de S. Vicente de Paul, obra floreciente de los misioneros na· varros que socorre a las familias más necesitadas de toda la isla. Pertenecen a ella no sólo la gente más distinguida y acomodada sino muchos de condición modesta, y es enteramete gobernada por seglares, bajo la alta inspección de S. E. Reverendísima que es Presidente de Honor. Miembros honorarios también son todos los Párrocos. Estos y el Sr. Obispo asisten siempre que pueden a las reuniones y sou los primeros en depositar su óbolo en la colecta, lo cual es de gran efecto para los demás miembros. La Junta, com– puesta de Presidente, Vice, Secretario, Tesorero y Guardián, es elegida cada dos años por votos secretos en junta general de todos los socios. El actual Presidente es Mr. J. H. Underwood, Adminis– trador de correos, americano, pero casado y domiciliado en Guam hace más de treinta años. Es una personalidad en Guam, respeta· dfsimo por todos y firme columna de la Iglesia por su ilustración, influencia y vida ejemplar. Hay que verlo cumplir su oficio de Pre– sidente! El, personalmente va a visitar a los pobres recomendados a la caridad de la Sociedad, lo mismo a los que viven en la capital como a Jos de Jos pueblos y rancherías, los saluda con amabilidad y mientras conversa con aquellos desgraciados les regala ropas, co– mida y dulces para los niños, todo de su propiedad particular. No sin razón es !Jamado el Ozanam de Guam. Y perdóneseme esta di– gresión, pues el Sr. Underwood es algo muy íntimamente ligado a nuestra misión de Guam, amig.o fiel y sincero de todo·s los misione– ros. Su distinguida señora es Directora de la hermosa catequesis de Agaña, y sus hijos e hijas siempre están dispuestos a servir a la iglesia parroquial en cualquier ocasión. El Vicario Apostólico dimi– sionario no sabe cómo ponderar y agradecer al Sr. Underwood por la grande ayuda que en él encontró siempre, sobre todo en casos graves para la Misión. Que Dios bendiga y conserve muchos al'íos a tan buen amigo y consejero. La Conferencia se reune el segundo domingo de mes en el me– jor salón contiguo a la catedral. Nunca olvidaré los efectos edifican– tes qce causó en mi alma las veces que asistí a ella. Qué seriedad, piedad y amor al pobre flota en el ambiente en aquella reunión, pre– sidida por grande crucifijo y una artística pintura de Ozanam el Apóstol de los Pobres. ¡Es algo conmovedor! La Conferencia da co– mienzo con corta invocación; sigue una breve lectura del kempis u

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