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80 ANUARIO MISIONA!. catequesis a Ja sombra de gallardas palmeras, y sus correrlas por mar y tierra para llegar a la choza apartada donde yacía un pobre enfenno a quien envió al cielo después de regenerarlo con el agua bautismal o con los últimos sacramentos de la Iglesia. 11 Debido en parte a la distancia y situación geográfica creen mu· chos queJlos habitantes de Guam {llamados Chamorros) forman una tribu salvaje de Malayos al igual de las islas que los rodean. Lo fué· ron y feroces¡ pero Ja labor paciente de Jos misioneros espailoles los transformó, haciendo de Jo:; chamorros un pueblo manso, amable y cristianamente civilizado. Guam puede servir de prueba del valor civilizador del pequeño libro llamadocCatecismo de laDoctrina Cris· tiana•. El cambio radical de los guamenses de su estado montaraz, bárbaro e idólatra en un pueblo pacifico es obra exclusiva del Cate· cismo, síntesis del evangelio que los misioneros enseñaron y expla· naron a los isleños durante tres siglos. En ese diminuto código a· prendieron la verdadera fe de Jesucristo, la autoridad y ensei\anzas de su Iglesia¡ en él se modeló esa fraternidad rara que distingue a los chamorros y que forma de todos ellos una familia, cuyos miem· bros se aman y sirven mutuamente en toda necesidad, como no lo he visto en ninguna parte. Cabe ahora preguntar, pueblo tal puede calificarse de salvaje? Esta verdad adquiere mayor relieve al salir de Guam y visitar otras tierras de razas diversas y de costumbres raras y hasta repug· nantes. Aíín Europa y especialmente en España de donde partieron legiones de civilizadores al nuevo y novlsimo mundo aparecen a mi vista como naciones decrépitas, en continuas convulsiones, en· venenadas, teatro frecuente de escenas inhumanas, tal vez no cono– cidas en Guam en su estado salvaje siglos ha. Lo cual confirma por doloroso contraste Jo insustituible del Catecismo en la educación de los pueblos, pues en cWJnto lo abandonan reinciden en la ~arbarie. 111 Guam, colonia espaílola durante tres siglos, en virtud del trata· do de París de 1898 pasó a ser dominio de los estados Unidos de América siendo considerado hasta hoy como estación naval de la gran república Norteamericana.Por decisión del Congreso el control de la isla lo mantiene el Ministro de Marina, y lo ejerce por medio de un alto oficial investido de autoridad militar y civil, el cual es re· levado cada dos años. El título de este delegado es el de Coman·

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