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24 ANUARIO MfSIONAL teador podía llegar a ser el dictador de todo él Lungtung, ya que los soldados regulares, únicos que podían atajar sus planes, se enca– minaban a la remota provincia de Honan a las órdenes del intrigante Fen YU siang, dejando indefensas las ciudadel> y campos. Asl se ex– plica que, en muy pocos meses, aquella pequella banda se hubiera convertido en formidable ejército ante el que temblaban las más po– pulosas ciudades de Lungtung. Chengyuen sucumbió a su empuje y fué saqueada completamente, siendo victimas de su furor nuestro actual Rvrno Padre Prefecto y el P. julié.n de Yurre, a quien no res– petaron ni la ropa que llevaba puesta. Igual suerte cupo a King chow, donde lograron desenterrar de las tiendas de los comerciantes barras de plata de varios cientos de ellos. Y a continuación hubiera caído también Sifengchen, si los Notables del lugar no lo hubieren aplacado con valiosísimos dones, y enormes sumas de dinero. Des– cartada esta ciudad, era evidente que el objetivo a que dirighian sus miradas en adelante aquellas hordas de foregidos, seria la populosa y rica ciudad de Pingliang. Esta dióse perfecta cuenta del peligro que corria, y para librarse de sus garras de león, no le quedó otro remedio, sino el de entregarle con cara amiga las llaves de la ciu– dad, a fin de atarle las manos con esa muestra de aíecto y evitar as! los irreparables dellos que sus hordas causaron en otras partes. (,\\ayo de 19.30). La estratagema rindió los máximos efectos y, aquel león bravo, halagado por tan honroso ofrecimiento, vistióse de cordero, ocultó lo mejor que pudo sus zarpas de león y, asi disfrazado, hizo su en– trada triunfal, consiguiendo hacer renacer la calma y el optimismo hasta en los pechos de los más desconfiados. Aquello constituyó un triunfo mónstruo y pudo considenlrsele como el bautismo con que se lavaba ante las gentes de su negro historial pasado. Por lo demás, tan a perfección supo hacer su papel de defensor de lo ciudad, que obtuvo el apoyo incondicional del pueblo, et que, por otra parte, le sirvió de excelente medio para ver saciada su suprema ambición de ser enrolado al ejército nacional, como en efecto lo consiguió. Desde esta fecha su fama acabó de extenderse por lodo el territorio de nuestra Prefeclura y rebasó hasta la provincia vecina de Shensi, y con la fama a una, su poderio y gente, la que flula de todas partes, pero en especial de las bandas de pequei'los y grandes ladrones, que se hallaban diseminados por todo el Lungtung. Este aluvión de gente, que corría alistarse bajo sus banderas, rebasó todos sus cálculos y, para dar colocación holgada a todos, se vió en la precisión de repartirlos por las ciudades que constituian

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