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20 ANUARIO MISIONAL habían caído en el garlito, segaron su cuell'J. La llegada de los sol– dados les obligó a alejarse de la ciudad. Las siete tristezas Para terminar, nada más a propósito que servirme de las frases que circunstancias semejantes inspiraron al poeta chino Wan Ts'an y que dejó grabadas en su poesía intitulada •Las Siete Tristezas.• <La anarqufa reina en la capital. Los lobos y los tigres han crea– do turbulencias. Yo abandono el Imperio del Mediodía en dirección al Este. Mis padres se entristecen; tristes tambien, mis amigos se empeñan en detenerme. Yo camino presuroso. Veo esqueletos hu– manos que cubren la llanura. A la vera del camino, una mujer ham– brienta abandona a su pequeño; ocultándole entre la hierba a pesar de los vagidos, ella no le reprende, sino que llora: Y yo dónde mo– riré.. ? Cómo salvar mi vida y la de mi nii'lo.. ? •Yo escapo il campo traviesa y ya no escucho sus lamentos. Hacia el Sur atravieso el rfo y entonces vuelvo la cabeza para mirar por última vez a la ciudad. Yo pienso en las victimas.. ! Con el corazón destrozado yo suspiro largamente.. !< He aquí un resumen y una exposión de las sensaciones e impre– siones de estos días. La bandera roja del comunismo se ha visto on– dear, recorriendo triunfante estas tierras del Kansu. Su escudo se ha enrojecido con gotas de sangre china. Algunos han sido vilmente sacrificados por el cuchillo afilado de estos terroristas. Huyó la fiera. Hasta cuando.. ? Esperemos el tiempo en que el león sacuda de nuevo su melena. Fr. Leonardo de Berbinzana. Mis. Ap. O. M. Cap.

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