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ANUARIO MlSIONAL trofro para niños y otro para niñas regen– tado éste por las reli· giosas espailolas, y si las necesidades a n– gustiosas producidas por la situación eco– nómica no les ha per– mitido i;aciar sus an· helos recogiendo a cuantos niños les pre– sentaban, aún gratui· !amente, las cifras se han eleavado consi– derablemente, porque si el número de niños recogidos en 1931 era de 29 y el de niñas de 23, la estadística del 33 cierra con 96 niños y 104 niñas las reco– gidas en los orfano– trofios. Y una nueva demostración del cui– dado y de las aten– ciones prestadas al desvalido la tenemos en la erección de un nuevo hospicio para l.Ullfta a¡¡obloda d• l11g11etU y VUtldlta 8 la europea anCi 8 n 8$, indepen• diente del que tenlan abierto en el silo de 1931 para los ancianos. La medicina en la misión La clave de los éxitos y de los triunfos, y del progreso alta– mente consolador iniciado en tan breve espacio de tiempo en la mi– sión no está ni en el perfeccionamiento de las escuelas, ni en los orfanotrofios y hospitales: el acierto estuvo en comprender que un pueblo enredado de continuo en guerras civiles, y victima de los continuos asaltos de bandoleros y comunistas, sin médico ni medi– cinas que les atendiera, serla fácilmente ganarlo prestándole ayuda y socorro en sus enfermedades y dolencias, y consecuente con la

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