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208 A.WARIO MISIOSAL rías Capuchinas, que se prestaban a gustar las amarguras y sinsa· bores de le misión, antes que ver prolongarse por más tiempo su existencia entre sus familias, y verse obligadas, sin saber hasta cuando, a vivir en ese destierro inicuo, que les impusieron las hor· das impías, cuando rotos los diques de su maldad y de su iniquidad escribieron aquella vergonzosa jornada de sangre y fuego del once de mayo de 1931. Lejos del claustro, y sin esperanzas de ver tenninarse el tor· mento de vivir separadas de su mansión querida, enteradas de que se preparaban misioneros para el Kansu, donde ellas ya contaban con una pequeila Comunidad, suplicaron al M. R. P. Provincial las admitiera para aquel destino; y estos deseos, expuestos por elles y por el M. R. P. Provincial a la Rdme. M. Genernl del Instituto, quedaron satisfechos, y recogidas por unos dias en los pequeilos Colegios de Sodupe y Amurrio, allí se prepararon para el gran via· je que iban a emprender. Vlctlm11 del atropello lnaadlto en 1u patria recibido, buscan en pafaes extraño• la paz y la tranqulltdad de su vida relfcfo11. Ante la grandeza de 1mor de estas maJtres, China 111 r·tclbe con ca.rliio y con ventracl6a. Aparecen 1ent1d11: (de Jzqu.lerda a derect11) Sor lme1Cla cte Ye.Jt: y Sor mll1irro1 de Lourdes de 0Torbl1. Oe ple, Sor Maria de flurmendl, Sor Lfberata de Azco-aa y Sor Acasdna de Sesma.

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