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19'2 ANUARIO MISIOSAL IV EN LAS AVANZADAS Movilización de misioneros. Su co11centraclón hacia el Norte. La Tercera expedición con un nuevo elemento misionero. Un decr€to y unos rnomen· tos de incertidumbre. Situación y aspecto ate– rrador del pals. la primera ofrenda a Dio! . LORAOO el campo, dor.de nuestros misioneros han de ejercitar su celo apostólico y desplegar toda su ac· tividad, y conocidas un tanto superficialmente las cos· tumbres y las ideas religiosas de los kansuanos, fácil· mente podemos concebir la magnitud de la empresa d~ tantas y tan variadas dificultades rodeada, y a tan diversas ideologias sometida. Mas lo que parece a los ojos humanos una temeridad y una lo· cura, es para el apóstol y para el hombre de Dios, una acción sen– cilla, un trabajo con el que se templa su carácter, se fortalece su voluntad y se santifica su alma: y de este trabajo realizado con cons· tanda, se produce el resultado apetecido, de la transformación ma· ravillosa de todo un pueblo. Movilización de misioneros Hora es ya de que volvamos hacia Tsin-chow, para entrevis· tarnos con nuestros misioneros y seguirlos en sus correrías. El tiempo, incontenible en su carrera, ha pasado con una ra· pidez vertiginosa. Nos encontramos bien entrados en el ai'\o de 1929. Aquellos misioneros, que llenos de ideales ansiaban por su tierra de promisión, cual era el Kansu, han puesto toda la energía de su vo· !untad y la más recia disciplind de su inteligencia al estudio de la lengua china tan complicada y tan repleta de dificultades: y en poco más de seis meses, han podido alternar con los naturales, valerse de ella para el ejercicio de sus ministerios más urgentes, y sufrido el examen correspondiente, han sido ya destinados a regentar una estación misional bajo la dirección y completa dependencia de los PP. Alemanes. La idea de la subdivisión del Vicariato, que desde el primer momento dom:nó en los PP. de Westfalia, procurando ir dándole

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