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106 A.'<UARIO MISIONAL llegó este culto a verdadera apoteosis cuando el año 1922, el celo– so e infatigable P. Agustin de Cáseda alcanzó de la Santa Sede el Breve para Ja Solemne Canónica coronación de Ja imagen de la Vir– gen Sma. del Rosario. El d!a 20 de Agosto de aquel ai'lo marca una fecha sin precedentes en Buenos Aires: muchedumbres sin cuento llenaban todas las avenidas, calles y plazas que afluyen al Santuario de N. Pompeya: la imagen de María salió triunfante, aclamada por millares y millares de devotos, y rodeada de una corte de lo más selecto de la ciudad, fué coronada por el Emo. Sr. Nuncio Apeo. en la Argentina Sr. Torregrosa, en .m momento de incontenible emo– ción religiosa: era la respuesta de Dios a cuantos habían calumnia– do el Santuario c!e su Divina Madre. En 1.924 fué preciso abrir una nav<: latt:ral que duplicó la ca– pacidad del templo: aun as! es incapaz de contener la afluencia de fieles en d!as de peregrinación; y para desahogo de peregrinos en 1.926 se construyó un magnífico patio rodeado de artístico claustro, admiración de propios y extraños. Parte muy principal ha tenido ea este florecimiento glorioso la publicación mensual «Nueva-Pom– paya• sostenida hace 10 años por nuestros Padres. Ya antes de est11s pruebas de nuestro éxito en Buenos Aires, varios Prelados Argentinos solicitaron fundaciones en sus diócesis, pero solamente pudimos acceder en 1.911 a los deseos reiterados del Ilmo. Sr. Dn. Fr. Zenon Bustos O. F. M. Obispo de Córdoba: luchando con grandes dificultades económicas se consiguió fundar en aquella ciudad histórica, de 200.000 h11bitantes, nuestra Resi– dencia, en el barrio llamado Nueva Córdoba, que se convirtió en centro misional, y lue¡<o constituido en Parroquia con su primer Cu– ra Párroco el celoso R. P. juan de Ansoain. La acción misionera se extiende por dilatada región de campos y pequeñas parroquias hasta la cordillera y serranías de Alta Córdoba; nuestros Padres tienen delante de sí, con harta frecuencia, campañas más duras que entre infieles, y las soportan por Dios, y continúan trabajando sin descanso. En septiembre 1.925 el P. Sup. Regular estableció una peque– ña Residencia en •La Cumbre• ·en plena serranía, para poder acu– dir más facilmente a los abandonacfos cristianos de la campaña. En el mismo ai'lo se intentó otra funaación en la ciudad llamada Rosa– rio, pero, dificultades imprevisfas, hasta ahora invencibles, la han impedido: en el mes de Octubre 1933 fué bendecida y consagrada la iglesia del Sdo. Corazón, obra del esfuerzo de los Capuchinos, en Nueva Córdoba, y fué inaugurada con las sesiones magnificas del· Congreso Eucarístico diocesano.

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