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miento; la división, después de 1580, en diversas vertientes o tradi- ciones: la bañeciana, la suareciana-molinista, la agustina, la carme- litana…; y, lo que nos resulta más sugerente, que “la escuela teológica se disolvió a la par de la facultad. Nació de una necesidad social; tuvo una época de servicio a la sociedad y a la humanidad, del cual se fue alejando. Murió por un decreto del gobierno, no por inanición interna” 92 . José Barrientos entiende la Escuela como algo vinculado a Sala- manca y, de manera más concreta, a los dominicos: “La Escuela de Salamanca –afirma– debe quedar limitada a aquellos docentes de la Universidad, dominicos y no dominicos, en quienes concurren las dos notas que, entiendo, caracterizan o definen la Escuela. Teología y tomismo” 93 . Esta visión que, podría parecer demasiado reducida, entendida en un sentido amplio tendría su lógica, ya que no serían sólo dominicos, pero sí el grupo más fuerte. A apoyar su tesis ven- dría la refundación de la línea dominicana del tomismo, al ser expulsados los jesuitas, y la refundación o intento de la misma por parte de los dominicos. Barrientos sí acepta la vinculación econó- mica de la Escuela, que estaría en estrecha relación con el amplio espectro de problemas que abordan y estudian los teólogos salman- tinos de la época. Belda Plans, aprieta el cerco de manera excesiva en torno a la Facultad de Teología, rechazando a todo aquel que no cumpla ya con esta característica y, además haciendo a este fin listas cerradas. Lis- tas que, por otra parte, no han sido contrastadas en los Archivos de la Universidad, por lo que siempre serán muy relativas. Anterior- mente, a este discurso, nos había propuesto ya una serie de notas que identifican a la Escuela, y que él nos propone: el nuevo método teológico, que aúna equilibradamente teología positiva y especula- tiva; la búsqueda libre de la verdad, que no se ciñe a ningún sistema teológico determinado, donde Santo Tomás será el maestro con mayor autoridad; orientación práctica y pastoral de la teología, con una clara inclinación hacia la moral como concreción de la investiga- ción; un estilo que agiliza el propio de la escolástica 94 . Con todo, es preciso hacer notar, que aunque sí es cierto que existe la búsqueda de la verdad, también lo es que Santo Tomás se va absolutizando 116 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ 92 M. Andrés Martín, “La facultad de Teología”, en M. Fernández Álvarez - L. Robles - L.E. Rodríguez-San Pedro Bezares (coords.), La Universidad de Salamanca. II. Atmósfera intelectual y Perspectivas de investigación (Salamanca 1990) 95. 93 J. Barrientos García, La Escuela de Salamanca … 1078. 94 Cf. J. Belda Plans, La Escuela de Salamanca (Madrid 2000) 183-198.

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