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12 MIGUELANXO PENA GONZÁLEZ que resultaría progresivamente de gran importancia, para la salvaguarda de una ortodoxia oficial, realmente importante para la Iglesia y el Estado. 1. La refundación de la Escolástica El pensamiento hispánico supondrá una vuelta al método clásico de la escolás- tica, expresado en una respuesta apologética, cuyo mejor fruto, será la Contrarre- forma, sin descuidar que, al mismo tiempo, existían espacios para el humanismo, cuyo vehículo de transmisión amplio fue el contexto de la catolicidad. Afirmar esto, no nos impide reconocer también que la ciencia ocupaba un lugar importante, y que el humanismo en el mundo hispánico, se construye a partir de otros paráme- tros, donde la «Escuela de Salamanca» ocupará un papel realmente preponderante, en una mirada atenta hacia los problemas concretos del hombre, a partir de una lectura iusnaturalista, donde lo que se quería salvar era el bien común. Era vox populi que el método heredado de la Edad Media, no respondía a las nuevas preguntas que iban surgiendo. Frente a esta realidad, la Reforma protestante propugnaba una defensa aguerrida de las técnicas nuevas, por lo que la Contrarreforma se orientará hacia el apoyo sobre el método y la disciplina Escolástica, como defensa y seguridad frente a los errores protestantes. Detalle que quedará perfectamente identificado en autores de la talla y significatividad de Melchor Cano. Esta realidad, al mismo tiempo, que la ordenación académica del momento, llevará a los iniciadores de dicha «Escuela» a mostrar atención precisa y cuidada al septenario sacramental . La Escolástica era un método adecuado para defender las afirmaciones doc- trinales, que para la Iglesia católica en aquel momento resultaban irrenunciables. Por lo que el apoyo del Concilio de Trento, después de las primeras dudas, será total a la Escolástica con la intención de sustentar los dogmas . La Escolástica proponía fórmulas aptas para servir de vehículo a la verdad religiosa que se que- ría proponer y defender. Será precisamente en este contexto, en el que quedarán definitivamente consagradas en en el lenguaje teológico conceptos como el de gracia excitante, solícita, asentimiento y cooperación en la gracia; así como, otras que ayudaban a la comprensión de la idea: causa final, eficiente, mérito, instrumentales, fórmulas de la justificación… Algo que, en la sesión XIII, res- pecto a los sacramentos de la Penitencia y Eucaristía resultará plausible , y que tenía un antecedente directo en las aulas salmantinas y, de manera particular, en el magisterio de autores como Domingo de Soto.   Cf. C. G utiérrez , Un Concilio para la unión. III. Estudio , Madrid, CSIC, 1981, p. 395.   Respecto al sacramento de la penitencia, los mismos títulos dan cuenta de una formulación clara- mente escolástica: cap. I. De necessitate et institutione sacramenti poenitentiae; cap. II. De differentia sacra- menti poenitentiae et baptismi; cap. III. De partibus et fructu huius poenitentiae; cap. IV. De contritione; cap. V. De confessione; cap. VI. De ministro huius sacramenti et absolutione; cap. VII. De cassum reservatione; cap. VIII. De satisfactionis necessitate et fructu; cap. IX. De operibus satisfactionis.

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