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E studio I ntroductorio La «Escuela de Salamanca»: Un contexto singular A comienzos del siglo XVI, una serie de autores tienen conciencia de res- ponder a una nueva sensibilidad y preocupación en el contexto teológico y, al mismo tiempo, con la conciencia de llevar a cabo dicha tarea de una manera distinta a como se venía realizando hasta aquel momento. El año 1526 supondrá formalmente el comienzo de dicha etapa que tiene como acontecimiento sin- gular la llegada del maestro Francisco de Vitoria a Salamanca, y su oposición a la cátedra de Prima de Teología. El dominico burgalés tendrá la sagacidad de explicar la Teología no a partir de las Sentencias de Pedro Lombardo –como era costumbre en todos los Estudios teológicos–, sino precisamente comentando la Summa del Doctor Angélico, valiéndose, además, de la división propuesta por el mismo Aquinate en su obra. La Universidad de Salamanca era la primera de las hispánicas que empren- día el camino asumido por la parisiense, donde dicha práctica se había estable- cido unos años antes. Vitoria contaba con la singularidad de haber convivido durante su etapa de formación en París con los protagonistas del humanismo y nominalismo del momento. Así mismo, no desconoce los movimientos efer- vescentes en el entorno protestante, que supondrán respuestas muy particulares y que, incluso, le llevarán a él mismo a no adelantar respuestas que pudieran alentar lecturas reformadas. El profesorado ejercido por Vitoria, en veinte años de magisterio, supone un punto de inflexión en la implantación del tomismo, como fuente casi única de pensamiento, superando las dificultades formales de las Constituciones de Martín V, que mandaban explicar a partir de las Sentencias , este método particular así como con el uso del methodus parisiensis y la práctica del dictado se conseguía que en Salamanca se comenzara un nuevo camino, desconocido hasta el presente. Esta conjugación de elementos fue fructífera para la transmisión de un saber y, lo

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